miércoles, 13 de julio de 2011

Lindas Mentirosas Capitulo 8 MARATON! 6/15

Naranjas, duraznos y limas. ¡Oh mi!
Finalmente alguien compró la vieja casa de los DiLaurentis —dijo la madre de Miley Fields. Era sábado en la tarde, y la Sra. Fields estaba sentada en la mesa de la cocina, bifocales posados en su nariz, haciendo sus cuentas con calma.
Miley sintió la Coca-Cola de vainilla que estaba bebiendo burbujear en su nariz.
—Creo que otra chica de tu edad se mudó allí —continuó la Sra. Fields. —Yo iba a llevar esa cesta hoy. ¿Tal vez quieres hacerlo en mi lugar? —apuntó hacia la monstruosidad de celofán sobre el mostrador.
—Dios, mamá, no —replicó Miley. Desde que se había retirado de la enseñanza en la escuela primaria el año pasado, la madre de Miley se había convertido en la no oficial Dama Wagon de bienvenida en Rosewood, Pensylvania. Ella reunió un
millón de cosas al azar -frutos secos, esas cositas de goma que se utilizan para tener frascos abiertos, pollos de cerámica (la mamá de Miley estaba obsesionada con los pollos), una guía de posadas de Rosewood, y otras cosas- en una gran cesta de mimbre de bienvenida. Ella era un prototipo de madre suburbana, menos por la SUV. Ella pensaba que estas eran ostentosas y consumidoras de gasolina, así que ella conducía un Oh-tan-práctico Volvo en su lugar.
La Sra. Fields se levantó y pasó los dedos por el cabello de Miley dañado por el cloro. —¿Te molesta mucho ir allí, cariño? ¿Tal vez debería enviar a Carolyn?
Miley miró a su hermana Carolyn, quien era un año mayor y descansaba cómodamente en el La-Z-Boy en el estudio viendo Dr. Phil. Emily sacudió la cabeza. —No, está bien. Yo lo haré.

Claro, Miley se quejó un poco y ocasionalmente rodó los ojos. Pero la verdad era, que si su mamá lo pedía, Miley haría todo lo que tenía que hacer. Ella era una casi
calificación-A, cuatro veces campeona del estado en nado mariposa y una súper obediente hija. Seguir las reglas y solicitudes era fácil para ella.
Además, en el fondo ella quería una razón para ver la casa de Ashley otra vez. Si bien, parecía que el resto de Rosewood había empezado a pasar de la desaparición de Ash desde hace tres años, dos meses y doce días, Miley no. Incluso ahora, no podría mirar el anuario de séptimo grado sin querer acurrucarse como un balón. A veces en días de lluvia,  todavía releía las viejas notas de Ash, que guardaba en una caja de zapatos Adidas debajo de su cama. Ella incluso mantenía el par de corduroys de Citizens que Ash le prestó en una percha de madera en su armario, aunque ahora eran demasiados pequeños para ella. Había pasado los últimos años en soledad en Rosewood anhelando otra amiga como Ash, pero eso probablemente no iba a suceder. Ella no había sido una amiga perfecta, pero con todo y sus defectos, Ash era bastante difícil de reemplazar.
Miley se enderezó y cogió las llaves del Volvo del gancho al lado del teléfono. —
Vuelvo en un rato —dijo mientras cerraba la puerta del frente detrás de ella.
Lo primero que ella vio cuando arrancó hacia la vieja casa victoriana de Aahley al final de la frondosa calle fue una enorme pila de basura en la cuneta y con un gran letrero de ¡GRATIS! visible, ella se dio cuenta que esas eran las cosas de Ashley—reconoció el blanco, viejo y mullido cobertor de corduroy de Ash. Los DiLaurentis se habían mudado lejos hacía ya nueve meses. Al parecer, habían dejado algunas cosas atrás.
Ella aparcó detrás de una gigante camioneta de Bekins y salió del Volvo. —Whoa
—susurró, tratando de evitar que su labio inferior temblara. Bajo la silla, allí había
muchas pilas de libros mugrientos. Miley llegó hasta allí y miró los lomos. The Red Badge of Courage, The Prince and the Paupper. Ella recordaba haberlos leído en la clase de ingles de la Sra. Pierce en séptimo grado, hablaban sobre simbolismo, metáforas, y desenlace. Allí habían más libros en la parte de abajo, incluyendo algunos que solo lucían como viejos cuadernos. Cajas cerca a los libros; estaban marcadas como ROPA DE ASHLEY y VIEJOS PAPELES DE ASHLEY. Asomándose de una caja había una cinta azul y roja. Miley tiró un poco de ella. Era una medalla de natación de sexto grado que ella había dejado en la casa de Ash un día cuando habían inventado un juego llamado Diosas Olímpicas de Sexo.
—¿Quieres eso?
Miley levantó la mirada. Estaba frente a una chica alta y delgada con piel color leonado, y salvaje cabello rizado rubio-castaño. La chica llevaba un top amarillo cuya tira se deslizaba de su hombro hasta revelar una tira de sostén naranja y
verde. Miley no estaba segura, pero ella pensaba que tenía el mismo sostén en casa. Era de Victoria’s Secret y tenía pequeñas naranjas, duraznos y limas sobre
toda la, ejem… parte de los senos.
La medalla de natación se deslizó de sus manos y golpeó contra el césped. —Um,
no —dijo, luchando por levantarla.
—Puedes tomar cualquier cosa. ¿Miras el letrero?
—No, de verdad, está bien.
La chica extendió su mano. —Mandy St. Germain. Me mudé aquí.
—Yo... —las palabras de Miley se obstruyeron en su garganta. —Soy Miley, —ella
finalmente habló, tomando la mano de Mandy y sacudiéndola. Se sentía realmente formal sacudir la mano de una chica. Miley no estaba segura de que ella hubiera hecho eso antes. Se sintió un poco confusa. ¿Quizás no había comido suficiente
Honey Nut Cheerios para el desayuno?
Mandy señaló las cosas sobre el césped. —¿Puedes creer que toda esas estupideces estaban en mi nueva habitación? Tuve que sacarlas todas yo sola. Eso apesta.
—Sip, todo esto pertenecía a Ashley —Miley prácticamente susurró. Mandy se inclinó a revisar algunos de los libros de bolsillo.
Ella empujó la tira de su top de vuelta a su hombro. —¿Es una Amiga tuya?
Miley hizo una pausa. ¿Es? ¿Quizás Mandy no había escuchado sobre la
desaparición de Ash? —Um, ella era. Hace algún tiempo. Al igual que de muchas otras chicas que viven por aquí —explicó Miley, omitiendo la parte sobre el secuestro o muerte o cualquier cosa que debió haber sucedido y que ella no soportaría imaginar. —En séptimo grado. Yo voy al onceavo ahora en el Rosewood Day. —La escuela empezaba después de ese fin de semana. Así que disminuía la práctica de natación, que significaba tres horas diarias de vueltas de nado. Miley ni siquiera quería pensar sobre eso.
—¡Yo también voy a Rosewood! —Mandy sonrió. Ella se dejó caer en la vieja silla de Ashley, y las ballestas chirriaron. —Mis padres hablaron en el vuelo hasta aquí de cuan afortunada soy de haber entrado en Rosewood y cuan diferente será de mi escuela en California. Apuesto a que aquí no tienen comida Mexicana, ¿verdad? O, al menos, verdadera y buena comida Mexicana, como comida de Cali-Mexican.
Solíamos tenerla en nuestra cafetería y mmm, era tan buena. Voy a tener que ir a
Taco Bell. Sus gorditas me hacen querer vomitar.
—Oh —Miley sonrió. Esta chica de verdad hablaba mucho. —Sip, la comida de ese tipo apesta.
Mandy saltó de la silla. —Esta debe ser una extraña pregunta desde que apenas te conozco, pero, ¿podrías ayudarme a llevar el resto de estas cajas hasta mi
habitación? —Ella indicó hacia unas cuantas cajas de Crate & Barrel situadas cerca a la camioneta.
Los ojos de Miley se agrandaron. ¿Llevarlo a la vieja habitación de Ashley? Pero sería totalmente grosero si se reusara, ¿no? —Um, seguro —dijo temblorosamente.
El vestíbulo aún olía a jabón Dove y popurrí —sólo como era cuando los
DiLaurentises vivían allí. Miley se detuvo en la puerta y esperó a que Mandy le diera instrucciones, incluso aunque ella sabía que encontraría con los ojos vendados la vieja habitación de Ash al final de  la sala de arriba. Las cajas de mudanza estaban por todas partes, y dos galgos larguiruchos italianos* ladraron desde detrás de una puerta en la cocina.
—Ignóralos —dijo Mandy, subiendo las escaleras hacia su habitación y empujando la puerta abierta con su cadera.
Wow, luce igual, pensó Miley mientras entraba en la habitación. Pero la cosa era,
que no era lo mismo: Mandy había puesto su cama tamaño queen en una esquina diferente, tenía una enorme pantalla plana de computador en su escritorio, y había colocado pósters por todas partes, cubriendo la vieja cenefa de Ashley.
Pero algo se sentía igual, como si la presencia de Alison estuviera aún flotando allí.
Miley se sintió mareada y confusa y se inclinó contra la pared para apoyarse.
—Ponla en cualquier lugar —dijo Mandy. Miley trató de ponerse en pie, puso la caja al pie de la cama, y miró alrededor.
—Me gustan tus pósters —dijo. La mayoría de ellos eran de bandas: MIA, Black
Eyed Peas, Gwen Stefani en un uniforme de animadora. —Amo a Gwen —añadió.
—Sip —dijo Mandy. —Mi novio está totalmente obsesionado con ella. Su nombre es Justin. Él es de San Francisco, de donde soy yo.
—Oh. Yo también tengo novio —dijo Miley. —Su nombre es Drew.
—¿Sí? —Mandy se sentó en su propia cama. —¿Cómo es?
Miley trató de evocar a Drew, su novio de cuatro meses. Lo había visto hace dos días
—ellos habían visto el DVD de Doom en la casa de ella. La mamá de Miley estaba en la otra habitación, por supuesto, casualmente molestando, preguntando si ellos necesitaban algo. Ellos habían sido buenos amigos por un tiempo, el mismo tiempo desde que estaban en el equipo de natación. Todos sus compañeros de equipo decían que ellos deberían salir, así que lo hicieron. —Él es genial.
—¿Por qué ya no eres amiga de la chica que vivía aquí? —preguntó Mandy.
Miley puso su cabello detrás de sus orejas. Wow. Así que Mandy de verdad no sabía sobre Ashley. Sin embargo, si Miley empezaba a hablar de Ash, empezaría a llorar, lo que sería extraño. Ella apenas conocía a ésta chica Mandy. —
Crecí apartada de todas mis viejas amigas de séptimo grado. Todas cambiaron mucho, supongo.
Esa era una subestimación. De las otras mejores amigas de Miley, Selena se había convertido en una exagerada versión de su ya híper-auto perfecto yo; la familia de Demi de repente se había mudado a Islandia el otoño después de que Ash hubiera desaparecido; y la adorable y tonta Alexz se había convertido totalmente en poco tonta y no adorable y ahora era una perra total. Alexz y su nueva mejor amiga, Bella Vanderwaal, se habían transformado completamente el verano entre el octavo y el noveno grado. La mamá de Miley recientemente había visto a Alexz entrar en Wawa, la tienda local de conveniencia, y le dijo a Miley que Alexz lucía “demasiado zorra como esa chica Paris Hilton.” Miley nunca había escuchado a su madre usar la palabra zorra.
—Yo sé cómo es crecer apartada —dijo Mandy subiendo y bajando en su cama mientras se sentaba. —¿Cómo es mi novio? Él está tan asustado de que lo vaya a abandonar ahora que estamos en diferentes costas. Él es como un bebé grande.
—Mi novio y yo estamos en el equipo de natación, así que nos vemos todo el tiempo —dijo Miley, buscando un lugar para sentarse también. Tal vez demasiado tiempo, pensó.
—¿Nadas? —Preguntó Mandy. Ella miró a Miley de arriba abajo, que hizo que se sintiera un poco extraña. —Apuesto a que eres verdaderamente buena.
Tienes buena espalda.
—Oh, no sé— Miley se sonrojó y se inclinó contra el escritorio blanco de madera.
—¡De verdad! —sonrió Mandy. —Pero... si eres una gran deportista, ¿eso significa
que me matarías si fumo un poco de hierba?
—¿Qué, ahora? —los ojos de Miley se agrandaron. —¿Qué pasa con tus padres?
—Ellos están en el supermercado. Y mi hermano, él está en algún lugar, pero a él
no le importará— Mandy metió las manos bajo el colchón por una lata de Altoids.
Abrió la ventana que estaba al lado derecho de su cama, sacó un porro y lo encendió. El humo ondeó en el patio e hizo una nube brumosa alrededor de un gran árbol de roble.
Mandy inhaló de nuevo el porro. —¿Quieres?
Miley nunca había tratado de fumar en su vida, ella siempre pensó que sus padres
lo sabrían de alguna manera, como por el olor de su cabello o forzándola a orinar
en un cubo o algo. Pero como Mandy ponía el porro graciosamente en sus labios cereza escarchados, lucía sexy. Miley quería verse así de sexy también.
—Um, bien —Miley se deslizó más cerca de Mandy y tomó el porro. Sus manos se tocaron y sus ojos se encontraron. Los de Mandy eran verdes y un poco amarillos, como los de los gatos. Las manos de Miley temblaban. Ella se sentía nerviosa, pero puso el porro en su boca y dio una diminuta calada, como si estuviera sorbiendo la Coca-Cola de vainilla con una pajita.
Pero eso no sabía como la Coca-Cola de vainilla. Se sentía como si sólo inhalara un tarro de especias podridas. Ella la cortó con una tos como de hombre viejo.
—Whoa —dijo Mandy, tomando de nuevo el porro. —¿Primera vez?
Miley no podía respirar y sólo sacudió su cabeza, jadeando. Respiró un poco más, tratando de obtener aire en su pecho. Finalmente sintió el aire en sus pulmones de nuevo. Mientras Mandy giraba su brazo, Miley vio una gran y blanca cicatriz descendiente en su muñeca. Whoa. Parecía un poco como una serpiente albina sobre su piel bronceada. Dios, ella probablemente ya estaba drogada.
De repente allí había un fuerte ruido metálico. Miley saltó entonces escuchó el ruido otra vez. —¿Qué es eso? —jadeó.
Mandy tomó otra calada y sacudió la cabeza. —Los trabajadores. Estamos aquí hace un día y mis padres ya han empezado las renovaciones. —Sonrió. —Estás totalmente asustada, como si pensaras que los policías estuvieran viniendo. ¿Has estado en una redada antes?
—¡No! —Miley explotó en risas; ese era un pensamiento tan ridículo. Mandy sonrió y exhaló. —Debería irme —Miley dijo con tono áspero.
La cara de Mandy cayó. —¿Por qué?
Miley arrastró los pies fuera de la cama. —Le dije a mi mamá que sólo pararía por unos minutos. Pero te veré en la escuela el martes.
—Bien —dijo Mandy —¿Quizás podrías enseñarme todo por aquí?
Miley sonrió. —Seguro.
Mandy sonrió y dijo adiós moviendo tres dedos. —¿Sabes cómo encontrar el camino de salida?
—Eso creo —Miley dijo mirando una vez más la habitación de Ash, es decir, de Maya, y entonces caminó hacia las escaleras demasiado-familiares.
No fue hasta que Miley sacudió su cabeza afuera en el aire libre, pasó por todas las viejas cosas de Ashley en la cuneta, y se subió de vuelta al auto de sus padres, que ella vio la cesta de bienvenida en el asiento trasero. Joder, pensó, dejando la canasta entre la vieja silla de Ashley y sus cajas de libros. ¿Quién necesita una guía de Rosewood, de cualquier manera? Maya ya vive aquí.
Y Miley de repente estaba feliz de que ella lo hiciera.

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1 comentarios:

nady_22w dijo...

SABES ESTA MUY BUENA LA NOVELA SIGUELA

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