lunes, 18 de julio de 2011

Lindas Mentirosas Capitulo 14 MARATON! 12/15


Selena tiene un trasero apretado

Mira su trasero!
—¡Cállate! —Selena golpeó a su amiga Kristen Cullen en la espinillera con su palo de hockey. Ellas pretendían estar haciendo ejercicios de defensa, pero —junto con el resto del equipo— estaban demasiado ocupadas evaluando al nuevo asistente de la entrenadora de este año. Él no era otro que Zac Thomas.
La piel de Selena se erizó por la adrenalina. Hablar de eso era raro; recordaba a
Emma mencionar que Zac se había mudado a California. Pero entonces, un montón de gente que no esperaba, terminaba volviendo a Rosewood.
—Tu hermana fue tan estúpida por romper con él —Kristen dijo—. Él es tan caliente.
Shhh —contestó Selena, riendo—. Y de cualquier manera, mi hermana no rompió con él. Él rompió con ella.
El silbato sonó.
—¡Muévanse! —Zac les dijo, corriendo más cerca. Selena se inclinó para amarrar su zapato, como si no le importara. Sintió sus ojos sobre ella.
¿Selena? ¿Selena Hastings?
Selena se puso de pie lentamente.
—¿Oh, Zac, verdad?
La sonrisa de Zac era tan amplia, que Selena estaba sorprendida de que sus mejillas no se rasgaran. Aún tenía esa apariencia Tan Americana de Voy a encargarme de la empresa de mi padre a los veinticinco, aunque ahora su cabello rizado era un poco más largo y más desaliñado.
—¡Has crecido! —exclamó.
—Supongo. —Selena se encogió de hombros.
Zac puso su mano sobre la parte trasera de su cuello.
—¿Cómo está tu hermana estos días?
—Um, ella está bien. Se graduó antes. Va a ir a Wharton.
Zac curvó su cabeza hacia abajo.
—¿Y están sus novios aún afectándote?
La boca de Selena quedó abierta. Antes de que pudiera contestar, la entrenadora, la Sra. Campbell, sopló su silbato y llamó a Zac.
Kristen agarró el brazo de Selena, una vez él había girado.
—¿Tú totalmente te liaste con él, cierto?
¡Cállate! —Selena replicó.
Mientras Zac trotaba al centro del campo, la miró por encima de su hombro.
Selena  tomó aire y se inclinó para revisar su cordón. No quería que él supiera que lo había estado mirando.
Para cuando llegó a casa de la práctica, cada parte del cuerpo de Selena dolía, desde su trasero a sus hombros y a sus dedos de los pies. Había pasado el verano entero organizando comités, clasificando palabras del SAT, y desempeñando el papel principal en tres diferentes obras en Muesli, el teatro de la comunidad de Rosewood —La Srta. Jean Brodie en The Prime of Miss Jean Brodie, Emily en Our Town, y Ophelia en Hamlet. Con todo eso, no había tenido tiempo para mantenerse en forma para el campo de hockey, y estaba sintiéndolo ahora.
Todo lo que quería hacer era subir las escaleras, arrastrarse a la cama, y no pensar sobre mañana y en lo que otro día traería: desayuno del club de francés, leer los anuncios de la mañana, cinco clases AP, audiciones de drama, una rápida aparición en el comité del anuario, y otra agotadora practica de hockey con Zac.
Abrió el buzón en la parte inferior de su unidad privada, esperando encontrar las calificaciones para sus PSAT. Se suponía que debían estar cualquier día de estos, y había tenido una buena sensación sobre ellas, una mejor sensación, de hecho, que de la que había tenido sobre cualquier otra prueba. Desafortunadamente, allí sólo había una pila de cuentas, información de las muchas cuentas de inversión de su padre, y un folleto enviado a Srta. Selena J. (de Jill) Hastings de Appleboro
College en Lancaster, Pennnsylvania. Sí, como si ella fuera a ir allí.
Dentro de la casa, colocó el correo sobre la isla de mármol de la cocina, frotó su hombro, y tuvo un pensamiento: La bañera de hidromasaje del patio trasero. Un baño relajante. Awww, sí.
Saludó a Rufus y Breatrice, la familia de dos labradoodles, y arrojó un par de juguetes de King Kong dentro del corral para que ellos los persiguieran. Entonces,
se arrastró por la ruta de losa hacia el vestuario de la piscina. Se detuvo en la
puerta, lista para ducharse y cambiarse a un bikini, cuando se dio cuenta, ¿A quién le importa? Estaba tan cansada para cambiarse, y nadie estaba en casa. Y la bañera estaba envuelta por arbustos de rosas. Mientras se acercaba, ésta burbujeó, como si anticipara su llegada. Se desnudó hasta quedar en su sostén, bragas y los calcetines del equipo de hockey, se dobló hacia adelante para aflojar la espada, y se metió en el agua humeante. Ahora eso era lo que más le gustaba.
—Oh.
Selena se giró. Kevin estaba de pie junto a las rosas, desnudo hasta la cintura, vistiendo los bóxer de Polo más sexys que ella había visto.
—Oops —dijo, cubriéndose con una toalla—. Lo siento.
—Tú no deberías estar aquí hasta mañana —espetó ella, incluso aunque él
claramente estaba allí, ahora, que obviamente hoy no era mañana para nada.
—No deberíamos. Pero tu hermana y yo estábamos en el Frou —dijo Kevin, haciendo un pequeño gesto. Frou era una arrogante tienda a unos cuantos pueblos que vendía sólo fundas de almohada por cerca de cien dólares—. Ella tenía que hacer otro encargo y me dijo que me quedara aquí.
Selena esperó que eso fuera solamente alguna bizarra expresión inglesa.
—Oh —dijo.
—¿Acabas de llegar a casa?
—Estaba en el campo de hockey —dijo Selena, reclinándose y relajándose un poco—. Primera práctica del año.
Selena miró su borroso cuerpo bajo el agua. Oh Dios, aún estaba vistiendo sus medias. ¡Y sus bragas de talle alto con el sostén deportivo Champion! Se riñó a sí misma por no cambiarse a su bikini Eres de color amarillo que había comprado recientemente, pero entonces se dio cuenta de cuán absurdo era eso.
—Yo había planeando tener un baño, pero si quieres estar sola, eso también está bien —dijo Kevin—. Estaré dentro viendo televisión. —Él empezó a girarse.
Selena sintió una pequeña punzada de decepción.
—Um, no —dijo ella. Él se detuvo—. Puedes entrar. No me importa —
Rápidamente, mientras su espalda de giraba, se quitó de un tirón sus calcetines y las lanzó a los arbustos. Éstas aterrizaron con un empapado golpe.
—Si estás segura, Selena —dijo Kevin. Selena amaba la forma en que él decía su nombre con su acento británico, Selen-aah.
Él se deslizó tímidamente en la bañera. Selena permaneció muy lejos en su lado, curvando sus piernas bajo ella. Kevin apoyó su cabeza en la superficie de concret y suspiró. Selena hizo lo mismo y trató de no pensar sobre cómo sus piernas estaban empezando a acalambrarse y a doler en esa posición. Estiró una y tentativamente tocó su vigorosa pantorrilla.
Ella alejó su pierna.
—Lo siento.
—No te preocupes —dijo Kevin—. ¿Así que entrenas hockey, huh? Yo remaba para Oxford.
—¿De verdad? —preguntó Selena, esperando que no sonara demasiado efusiva.
Su vista favorita al conducir hacia-Filadelfia era de Penn y los hombres del equipo de Temple remando sobre el río Schuylkill.
—Sí —dijo—. Y me encantaba. ¿Te gusta el hockey?
—Um, no realmente —Selena dijo, su cabello saliendo de su cola de caballo y sacudiendo su cabeza, pero entonces se preguntó si Kevin encontraría eso realmente guarro y ridículo.
Ella probablemente se había imaginado la chispa entre ellos fuera del Moshulu.
Pero entonces, Kevin se había metido en la bañera con ella.
—¿Si no te gusta el hockey, por qué juegas? —preguntó Kevin.
—Porque es bueno para las aplicaciones de la universidad.
Ahora Kevin se incorporó un poco, haciendo que el agua ondeara.
—¿Es eso?
—Uh, sí.
Selena se movió e hizo una mueca de dolor cuando el músculo de su hombro se apretó en su cuello.
—¿Estás bien? —preguntó Kevin.
—Síp, no es grave —dijo Selena, e inexplicablemente sintió una abrumadora oleada de desesperación. Era sólo el primer día de escuela, y ya estaba consumida.
Pensó en toda la tarea que tenía que hacer, las listas que tenía que hacer, y las líneas que tenía que memorizar. Estaba demasiado ocupada para flipar, pero esa era la única cosa que la mantenía lejos de enloquecer.
—¿Es tu hombro?
—Eso creo —dijo Selena, tratando de girarlo—. En el campo de hockey, pasas mucho tiempo inclinándote, y yo no sé si tiré o qué…
—Apuesto a que podría arreglarlo.
Selena lo miró fijamente. De repente tenía una urgencia de correr sus dedos sobre el cabello enmarañado de él.
—Está bien. Sin embargo, gracias.
—De verdad —dijo él—. No voy a morderte.
Selena odiaba cuando las personas decían eso.
—Soy doctor —continuó Kevin—. Apuesto a que es tu deltoides posterior.
—Um, bueno…
—El músculo de tu hombro. —Él se movió más cerca de ella—. Ven aquí. De verdad. Necesitamos suavizar el músculo.
Selena trató de no leer entre eso. Él era doctor, después de todo. Estaba siendo un profesional. Ella se acercó, y él presionó sus manos en el medio de su espada. Sus pulgares se removieron sobre los pequeños músculos alrededor de su espina.
Selena cerró sus ojos.
—Wow. Eso es genial —murmuró.
—Sólo tienes que liberar la acumulación en tu bursa sac —dijo. Selena trató de no reír por la palabra sac. Cuando llegó hasta la tira de sostén deportivo ella se sacudió profundamente y tragó con fuerza. Trató de pensar sobre cosas no sexuales—el cabello en la nariz de su tío Daniel, la estreñida mirada de su mamá sobre su cara cuando cabalgó un caballo, la vez que su gata, Kitten, trajo un topo muerto del arroyo trasero y lo dejó en su habitación. Él es un doctor, se dijo a sí misma. Esto sólo es lo que un doctor hace.
—Tus pectorales también están un poco apretados —dijo Kevin, y, horriblemente, movió sus manos al frente de su cuerpo. Él deslizó sus dedos bajo su sostén de nuevo, frotando sólo por encima de su pecho, y de repente la tira del sostén cayó de su hombro. Spencer respiró pero él no se alejó. Esto es lo que hace un doctor, se recordó a sí misma de nuevo. Pero entonces se dio cuenta: Kevin era un estudiante de primer año de medicina. Él será un doctor, ella se corrigió. Algún día. En cerca de diez años.
—¿Um, dónde está mi hermana? —preguntó tranquilamente.
—¿En la tienda, creo? ¿Wawa?
—¿Wawa? —Selena se alejó de Kevin y colocó la tira de su sostén de vuelta en su hombro—. ¡Wawa sólo está a una milla! Si está allí, solamente está comprando cigarrillos o algo así. ¡Estará de regreso en cualquier minuto!
—No creo que ella fume —dijo Kevin, ladeando su cabeza de forma interrogante.
—¡Sabes lo que quiero decir! —Selena se puso de pie en la bañera, agarró su toalla Ralph Lauren, y comenzó violentamente a secar su cabello. Se sentía tan caliente. Su piel, huesos —incluso sus órganos y nervios— se sentían como si ellos se estuvieran cociendo en la bañera. Salió y huyó hacia la casa, en busca de un vaso gigante de agua.
—Selena — Kevin la llamó—. Yo no quise… Sólo estaba tratando de ayudar.
Pero Selena no escuchó. Corrió a su habitación y miró alrededor. Sus cosas aún
estaban en cajas, aún en cajas para mudarse al granero. De repente quería que todo estuviera organizado. Su joyero necesitaba ser ordenado por piedras preciosas. Su computador estaba obstruido con los viejos documentos de Inglés de hace dos años, y aunque ellos hubieran recibido A en aquel entonces, probablemente eran excesivamente malos y deberían ser suprimidos. Se quedó mirando los libros en las cajas. Necesitaban ser organizados por tema, no por autor. Obviamente. Los sacó y empezó a dejarlos a un lado, empezando con Adulterio y The Scarlet Letter.
Pero cuando llegó a Utopias Gone Wrong, aún no se sentía mejor. Así que encendió su computador y presionó su mouse inalámbrico, que era confortablemente bueno, a la parte posterior de su cuello.
Cliqueó sobre su correo electrónico y vio un mensaje sin leer. El tema de la línea decía, Vocabulario SAT. Curiosa, cliqueó sobre él.
Selena,
Codiciar es fácil. Cuando alguien codicia algo, ellos anhelan y desean después eso.
Usualmente ese algo ellos no lo pueden tener. Aunque tú siempre has tenido ese problema,
¿no es cierto? —A.
Selena se agarró el estómago. Miró alrededor.
¿Quién. Carajo. Podría. Haber. Visto?
Abrió la gran ventana de su habitación, pero el camino de entrada circular de los
Hastings estaba vacío. Selena miró alrededor. Unos cuantos carros giraron cerca.
El jardinero de los vecinos estaba podando un seto en frente de su puerta. Sus perros se estaban persiguiendo uno a otro alrededor del patio. Algunas aves volaron sobre el poste de teléfono.
Entonces, algo atrapó sus ojos en la ventana de los vecinos: un vistazo de un cabello rubio. Un frío escalofrío creció en la espina de Spencer. Esa era la vieja ventana de Ashley.

1 comentarios:

nady_22w dijo...

quien sera haaaaaaaaaaaaa

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