domingo, 25 de septiembre de 2011

Lindas Mentirosas Capitulo 20 & 21 [Adaptacion ]


Primer Acto: La chica hace que el chico la quiera
Quieres venir conmigo a una recepción artística en el estudio de
Chester Springs el próximo lunes por la noche? —preguntó teresa la madre de Demi.
Era jueves por la mañana, y Ella estaba sentada enfrente de Demi en la mesa del desayuno, resolviendo un crucigrama del New York Times con un bolígrafo negro goteante y comiendo un tazón de Cheerios. Acababa de regresar de su trabajo a tiempo parcial en la galería de arte contemporáneo Davis en la calle principal de
Rosewood, y tenía lugar en la lista de correspondencia de todos los beneficiarios.
—¿Papá no va a ir contigo? —preguntó Demi.
Su madre frunció sus labios juntos. —Tiene un montón de trabajo que hacer para sus clases.
—Oh. —Demi cogió un hilo de lana suelto de sus guantes sin dedos que había tejido durante un largo viaje en tren a Grecia. ¿Era sospecha lo que detectó en la voz de su madre? Demi siempre se preocupaba de que Ella averiguara sobre Meredith y nunca le perdonara por mantener el secreto. Demi apretó sus ojos cerrados. No estás pensando en eso, pensó. Vertió un poco de zumo de pomelo en un vaso.—Necesito algunos consejos de amor.
—¿Consejos de amor? — bromeó su madre, asegurando su bollito de pan
Negro azabache con un palillo para llevar que había estado descansando sobre la mesa.
—Sí —dijo Demi. —Me gusta un chico, pero es en cierta medida... inalcanzable. No tengo más ideas sobre cómo convencerlo de que debería gustarle.
—¡Sé tú misma! —dijo su madre.
Demi gimió. —He intentado eso.
—¡Sal con un chico posible, entonces!
Demi giró sus ojos. —¿Vas a ayudarme o no?
—¡Ooh, alguien es sensible! —Teresa sonrió, luego chasqueó sus dedos. —Acabo de leer este estudio en el periódico. —Sostuvo en alto el Times. —Es una encuesta sobre lo que los hombres encuentran más atractivo en las mujeres. ¿Sabes qué fue la cosa número uno? La inteligencia. Aquí, déjame encontrarlo para ti... —Rebuscó en el periódico y le entregó la página a Demi.
—¿Demi, te gusta un chico? —Jake entró a la cocina y cogió un dona glaseada de la caja de la isleta.
—¡No! —respondió Demi rápidamente.
—Bueno, alguien te gusta —dijo Jake. —Tan vulgar como lo que es. —Hizo un sonido fingiendo náuseas.
—¿Quién? —preguntó Teresa con voz emocionada.
—Sterling Kahn —Jake respondió, hablando con un enorme mordisco masticado de donut en su boca. —Me preguntó por ti en la práctica de lacrosse.
—¿Sterling Kahn? —repitió Teresa, mirando atrás y adelante, de Demi a Jake- .¿Quién es? ¿Estuvo aquí hace tres años? ¿Lo conozco?
Demi gimió y rodó sus ojos. —Él no es nadie.
—¿Nadie? —Jake sonó disgustado. —Es como… el mejor chico de tu grado.
—Lo que sea —dijo Demi, besando a su madre en la parte superior de su cabeza. Se dirigió al pasillo, mirando fijamente el recorte de periódico en sus manos. ¿Así que a los hombres les gustaba el cerebro? Bueno, la islandesa Demi ciertamente podía ser inteligente.
—¿Por qué no te gusta Sterling Kahn? —La voz de Jake hizo saltar a Demi. Estaba de pie a unos pasos de Demi con un cartón de zumo de naranja en su mano. —Él es el hombre.
Demi gimió. —Si te gusta tanto, ¿por qué no te vas con él?
Jake bebió directamente del cartón, se limpió su boca, y la miró fijamente. —Has estado actuando raro. ¿Estás drogada? ¿Puedo tener algo si lo estás?
Demi bufó. En Islandia, Jake había estado tratando de conseguir constantemente drogas y asustando cuando algunos chicos en el puerto le vendían una bolsa de marihuana a diez centavos. Las cosas resultaron ser olorosas, pero Jake lo fumaba orgullosamente de todos modos.
Jake comenzó a acariciarse la barbilla. —Creo que sé por qué estás actuando raro.
Demi se volvió de nuevo hacia el armario. —Estás lleno de mierda.
—¿Tú crees? —respondió Jake. —Yo no. ¿Y sabes qué? Voy a averiguar si mis sospechas son ciertas.
—Buena suerte, Sherlock. —Demi tiró de su chaqueta. Incluso aunque sabía que
Jake estaba probablemente lleno de mierda, esperaba que no se hubiera dado cuenta del temblor de su voz.
Mientras los otros chicos se presentaban a inglés -la mayoría de los chicos luciendo una barba incipiente en crecimiento de unos días y la mayoría de las chicas imitando las sandalias de plataforma de Bella y Alexz  y pulseras hechizadas- Demi revisó el montón de sus notas recientemente garabateadas en las tarjetas. Hoy tenían que dar un informe oral acerca de una obra de teatro llamada Esperando a Godot. Demi adoraba los informes orales -tenía la voz perfecta, sexy, grave para ellos - y ocurría que conocía la obra realmente bien. Una vez, había pasado todo el domingo en un bar de Reykjavik, discutiendo vehementemente con un doble de Adrien Brody sobre el tema... entre bebiendo deliciosos Martini de vodka y manzana y jugando a footsie*, es decir con él debajo de la mesa. Así que no sólo este era un día excelente para convertirse en una estudiante referente, también era una gran oportunidad para mostrarles a todos lo genial que era la islandesa Demi.
Joe entró, pareciendo arrugado, empollón, y completamente comestible, y palmoteó sus manos. —Muy bien, clase —dijo. —Tenemos un montón de cosas por las que pasar hoy.
Alexz Marin se dio la vuelta y sonrió burlonamente a Demi. —¿Qué clase de ropa interior crees que está usando?
Demi sonrió insípidamente. —Los boxers a rayas de algodón, por supuesto. —Puso su atención de nuevo en Joe.
—Muy bien. —Joe se encaminó hacia la pizarra. —Todo el mundo hizo la lectura,
¿no? ¿Todo el mundo tiene un informe? ¿Quién quiere empezar?
La mano de Demi se elevó rápidamente. Joe le asintió con la cabeza. Se encaminó al podio al frente de la habitación, dispuso su pelo negro sobre sus hombros para que pareciera extra magnífico, y se asegurara de que su collar grande de coral no estuviera pillado con el cuello de su camisa. Rápidamente, releyó las primeras pocas frases en las tarjetas de su índice.
—El año pasado, asistí a una representación de Esperando a Godot en París — empezó.
Se dio cuenta de que Joe levantó su ceja sólo lo imprescindible.
—Fue en un pequeño teatro fuera del Sena, y el aire olía como a un brioche* de queso horneándose en la siguiente puerta. —Se detuvo. —Imagínate la escena: una enorme línea de gente esperando para entrar, una mujer acarreando sus dos pequeños caniches blancos, la Torre Eiffel en la distancia. Levantó la mirada brevemente. ¡Todo el mundo parecía tan paralizado! —Podía sentir la energía, el entusiasmo, la pasión en el aire. Y no era sólo la cerveza que estaban vendiendo a todo el mundo, incluso a mi hermano pequeño —Agregó.
—¡Genial! —exclamó Sterling Kahn.
Demi sonrió. —Los asientos eran muy aterciopelados y púrpura, y olían como a este tipo de mantequilla de Francia que es más dulce que la mantequilla americana. Es la que hace a los pasteles tan deliciosos.
—Demi —dijo Joe.
—¡Es el tipo de mantequilla que hace que incluso los caracoles sepan bien!
—¡Demi!
Demi se detuvo. Joe se inclinaba contra la pizarra con sus brazos cruzados sobre su chaqueta de Rosewood. —¿Sí? —sonrió.
—Tengo que detenerte.
—Pero... ¡Ni siquiera estoy a mitad de camino de lo que he hecho!
—Bueno, necesito menos sobre asientos de terciopelo y pasteles y más sobre la obra en sí.
La clase se rió disimuladamente. Demi caminó arrastrando los pies de vuelta a su asiento y se sentó. ¿No sabía que estaba creando un ambiente?
Sterling Kahn levantó su mano.
—Sterling —señaló Joe. —¿Quieres ser el siguiente?
—No —dijo Sterling. La clase se rió. —Sólo quería decir que pensé que el informe de Demi era bueno. Me gustó.
—Gracias —dijo Demi en voz baja.
Sterling se dio la vuelta. —¿Realmente no hay edad para beber?
—En realidad no.
—Podría ir con mi familia a Italia este invierno.
—Italia es increíble. Te va a encantar.
—¿Pasaste por los dos? —preguntó Joe. Le lanzó a Sterling una exasperada mirada.
Demi hincó sus uñas rosa vivo en la hebra de la madera de su escritorio.
Sterling se volvió de nuevo hacia ella. —¿Tenían ajenjo? —susurró.
Asintió con la cabeza, asombrada de que Sterling hubiera oído hablar siquiera del ajenjo.
—Sr. Kahn —Joe interrumpió severamente. Un poco demasiado duramente. —
Eso es suficiente.
¿Eran celos esto que detectaba?
—Maldición —Alexz se giró. —¿Que subió hasta su culo?
Demi reprimió una risilla. Parecía que le gustaba que cierto estudiante estuviera haciendo que cierto profesor estuviera un poco nervioso.
Joe llamó a Devon Arliss como la siguiente y ésta empezó su discurso. Mientras
Joe se volvía de lado y ponía un dedo en su barbilla, escuchando, Demi palpitó. Lo quería tan malamente que hacía que todo su cuerpo zumbara.
No, espera. Eso sólo era su móvil, que se encontraba en su bolso verde lima de gran tamaño junto a su pie.
La cosa seguía zumbando. Demi lentamente se agachó y lo sacó. Un nuevo mensaje de texto:
Demi,
Tal vez se relaciona promiscuamente con los estudiantes todo el tiempo. Muchos profesores lo hacen... ¡Sólo pregúntale a tu papá! –A
Demi rápidamente contestó bruscamente a su móvil cerrado. Pero entonces lo abrió y leyó el mensaje de nuevo. Y otra vez. Mientras lo hacía, el vello de sus
Nadie en la habitación tenía su teléfono afuera –ni Alexz, ni Sterling, nadie. Y nadie la estaba mirando, tampoco. Incluso levantó la mirada al techo y fuera de la puerta de la clase, pero nadie parecía fuera de lugar. Todo estaba tranquilo y quieto.
—Esto no puede estar pasando —murmuró Demi.
La única persona que sabía lo del papá de Demi era... Ashley. Y había jurado sobre su tumba que no lo diría ni a un alma. ¿Estaba de vuelta?

Eso te enseñara a acosar en Google, jjj cuando se supone que debes estar jj estudiando
Durante su tiempo libre en la tarde del jueves, Selena se acercó en la sala de lectura del Día Rosewood. Con sus pilas de libros de referencia de la altura del techo, un gigante pedestal de globo en la esquina, y ventanas con vidrieras de colores en la pared del fondo, era su lugar favorito en el campus.
Ella se paro en medio de la habitación vacía, cerró los ojos y aspiró el olor del viejo libro encuadernado con cuero.
Todo había salido a su manera hoy; la ola de frío inusual le había permitido usar su nuevo abrigo de lana azul pálido de Marc Jacobs, el barrista del café del día de
Rosewood le había hecho un café con leche descremada doble perfecto, ella había sacado la mayor nota en un examen oral de francés, y esta noche iba a ir al granero, mientras que Emma tenía que dormir en su antiguo y estrecho dormitorio.
A pesar de todo, una bruma incómoda se cernía sobre ella. Era un cruce entre una sensación molesta que a veces tenía cuando se le había olvidado hacer algo y el sentido de que alguien estaba… bueno, observándola. Era obvio por qué se sentía tan off: ese espeluznante e-mail. El flash de pelo rubio en la ventana vieja de Ash. El hecho de que sólo Ash sabía de Zac…
Tratando de sacudirse, se sentó ante la computadora, ajusto su cinturón de color azul marino con patrones estampados de Wolford, y se conecto en Internet. Ella comenzó la investigación para su próximo proyecto de colocación avanzada de biología, pero después de navegar en una lista de resultados de Google, ella escribió, Kevin Kim, en el buscador.
Pescando a través de los resultados, ella ahogó una risita. En un sitio llamado Mill
Hill School, Londres, había una foto de Kevin con el pelo más largo al lado de un mechero de Bunsen y un montón de tubos de ensayo. Otro vínculo era al portal estudiantil del Corpus Christi de la Universidad de Oxford, había una foto de
Kevin apareciendo guapísimo con el atuendo de Shakespeare, con un cráneo. Ella no sabía que Kevin estaba en el drama. Mientras trataba de ampliar la foto para comprobar el ajuste de su malla, alguien la tocó en el hombro.
—¿Ese es tu novio?
Selena saltó, dejando caer su teléfono celular Sidekick repleto de cristales al suelo. Andrew Campbell sonrió torpemente detrás de ella.
Ella rápidamente cerró la ventana. —¡Por supuesto que no!
Andrew se inclinó hacia abajo para recoger su Sidekick, empujando un mechón de pelo lacio, del largo de sus hombros de sus ojos. Selena se dio cuenta de que realmente podría tener una oportunidad de ser lindo si cortaba la melena de león.
—Ups, —dijo, entregando el Sidekick de nuevo a ella. —Creo que una cosa de joya se cayó.
Selena lo tomo de él. —Me asustaste.
—Lo siento. —Andrew sonrió. —¿Así que tu novio es un actor?
—Te dije que no era mi novio.
Andrew dio un paso atrás. —Lo siento. Solo intento hacer conversación.
Selena lo miro sospechosamente.
—De cualquier modo, —Andrew prosiguió, levantando su mochila North Face más alto en su hombro. —Me estaba preguntando. ¿Vas a lo de Sterling mañana?
Podría darte un aventón.
Selena le miró sin comprender y luego recordó: la fiesta de campo de Sterling Kahn. Había ido a la del año pasado. Los niños hicieron embudos cerveza, y prácticamente todas las chicas engañaron a sus novios. Este año sería más de lo mismo. ¿Y qué, Andrew pensaba seriamente que ella iría con él en su Mini?
¿Incluso entrarían los dos? —Lo dudo, —ella dijo.
La cara de Andrew cayó. —Sí, supongo que debes estar muy ocupada.
Selena frunció el ceño. —¿Qué se supone que eso significa?
Andrew se encogió de hombros. —Parece que tienes mucho que hacer. Tu hermana está en casa, ¿verdad?
Selena se recostó en su silla y trajo su labio inferior en su boca. —Sí, ella llego a casa anoche. ¿Cómo lo sabes…? Ella se detuvo. Espera un segundo. Andrew conducía su Mini hacia arriba y hacia abajo hasta su calle todo el tiempo. Ella lo había visto apenas ayer, cuando estaba en el buzón consiguiendo los resultados de la prueba…
Ella tragó saliva. Ahora que lo pensaba, podría haber visto a su Mini negro el día que ella y Kevin estaban juntos en la bañera. Él debe haber estado conduciendo mucho hacia arriba y abajo en su calle un montón para notar que Emma estaba en casa. ¿Qué pasa si…? ¿Y si Andrew era el que estaba merodeando alrededor espiándola? ¿Qué pasa si Andrew escribió el correo electrónico de codiciarás escalofriante? Andrew era tan competitivo que parecía posible. ¿No sería el envió de mensajes amenazadores una buena manera de sacar a alguien de su juego y hacer más fácil a la reelección como presidente de la clase del próximo año…? o, aún mejor, ¿superar a su competencia por el mejor promedio? ¡Y el pelo largo! ¿Tal vez ella lo había visto en la ventana de edad de Ash?
¡Increíble! Selena se le quedo mirando a Andrew incrédulamente.
—¿Algo está mal? —Andrew le pregunto, pareciendo preocupado.
—Me tengo que ir. —Ella recogió sus libros y salió de la sala de lectura.
—Espera, —Andrew la llamó.
Selena siguió su camino. Pero mientras empujaba a través de la puertas de la biblioteca, se dio cuenta que ella no se sentía furiosa. Claro, era extraño que
Andrew la estuviera espiando, pero si Andrew era A, Selena estaba a salvo.
Cualquier cosa a que sea que Andrew pensó que tenía sobre ella, no era nada… en comparación con lo que Ashley sabía.
Ella llegó a la puerta de los espacios públicos, viniendo en el mismo momento estaba Miley Fields.
—Hey, —Miley dijo. Una Mirada nerviosa cruzo su rostro
—Hey —Selena le respondió.
Miley reajusto su mochila Nike. Selena empujó un flequillo de su cara. ¿Cuándo fue la última vez que había hablado con Miley?
—Me enfrié, ¿huh? —Miley preguntó.
Selena asintió. —Si.
Miley sonrió en esa manera yo no sé qué decirte. Entonces Teresa Reid, otra nadadora, agarró el brazo de Emily. —¿Cuando hay que pagar el traje de baño? — Preguntó ella.
Mientras Miley respondía, Selena limpió un poco de suciedad inexistente fuera de su chaqueta y se preguntó si ella podría simplemente irse o si tenía que decir un adiós formal. Entonces algo en la muñeca de Miley le llamó la atención. Miley aún llevaba la pulsera de cadena azul de sexto grado. Ashley las había hecho para todas después del accidente - La Cosa Vanessa - paso.
Inicialmente, ellos solo querían al hermano de Vanessa, Nick; se suponía que era una broma. Después de que las cinco lo planearon, Ash cruzo la calle para mirar por la ventana de la casa del árbol de Nick, y luego cuando pasó, le hizo algo… horrible… a Vanessa.
Después de que la ambulancia se fue de la casa de Vanessa, Selena descubrió algo del accidente que ninguna de las otras chicas sabia: Nick vio a Ashley, pero Ashley vio a Nick haciendo algo igual de malo. El no podía acusarla, porque ella lo acusaría a él.
No mucho tiempo después, Ash hizo los brazaletes de todas para recordares que eran mejores amigas para siempre y ahora que compartían un secreto como este, ellos tenían que protegerse las unas a las otras para siempre. Selena espero que
Ash le dijera a las otras que alguien la vio, pero nunca lo hizo.
Cuando los policías interrogaron a Selena después de que Ash desapareció, le preguntaron si Ash tenía algunos enemigos, alguien que la odiara tanto que le quisiera hacer daño. Selena dijo que Ash era una chica popular, y como toda chica popular, había varias chicas a quienes no les gustaba, pero eran solo celos.
Eso, por supuesto, era mentira en negrita. Había gente que odiaba a Ash, y Spencer sabía que debía decirle a la policía lo que Ash le dijo sobre la cosa Vanessa… que tal vez Nick quería hacerle daño a Ash... pero ¿cómo iba a decirles que sin decirles por qué? Selena no podía pasar un día sin pasar por la casa de Nick y Vanessa en su calle. Pero habían sido enviados a un internado y casi nunca venían a casa, así que pensaron que su secreto estaba a salvo. Ellas estaban a salvo de Nick. Y Selena estaba a salvo de tener que decirle a sus mejores amigas lo que sólo ella conocía.
Cuando Tracey Reid dijo adiós, Miley se volteó. Ella parecía sorprendida de que
Selena todavía estuviera allí. —Tengo que irme a clases, —ella dijo. —Es bueno verte sin embargo.
—Adiós, —Selena respondió, y ella y Miley intercambiaron una última sonrisa incomoda.

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