miércoles, 28 de septiembre de 2011

Two Worlds Collide Capitulo 1


Emma pdv :
Era una noche fría la luna casi no se veía debido a la inmensa neblina que se encontraba, no puedo creer que llegue a este punto, pero estoy tan feliz tal vez con la noticia el al fin deje a la estúpida de clara, en ese momento escuche desde arriba el ruido de la puerta principal abriéndose me saco de mis pensamientos, entro la señora Lovato gritando:
clara: oh por dios Roberto estoy embarazada!
Roberto: al fin tendremos el hijo que siempre quisimos!
Clara: claro, iré a tomar una ducha
Roberto: ok, te amo
-en ese momento sentí tanta rabia que ni siquiera pude llorar salí a buscar a Roberto para hablar con el...-
Emma: Roberto tengo que hablar contigo
Roberto: que sucede
Emma: estoy embarazada, vas a divorciarte?
Roberto: que? claro que no clara también esta embarazada
Emma: cual es la diferencia entre ella y yo ?
Roberto: ella es mi esposa y caeríamos en un escandalo
-me di la vuelta tratando de no llorar y ser fuerte ante el y me diriji a mi cuarto, el me siguio, entre y empecé a empacar mis cosas-
Roberto: q haces Emma?
Emma: guardar mi cosas "SEÑOR" me retiro de su casa
Roberto: piénsalo aquí no le faltaría nada a tu hijo
Emma: lo siento pero ya está tomada mi decisión- dije con un tono de voz elevado tomando mis maletas -
Clara: pero q son esos gritos?- dijo molesta -
Roberto: mírala dice q se va
Clara: q? tú no te puedes ir, te necesitamos aquí
Emma: lo siento señora pero lo q pasa es q.....estoy embaraza- desvié mi mirada hacia el suelo-
Clara: oh ya veo.... Pero bueno Emma no te preocupes...emm...haremos un trato yo te doy techo y comida a ti y a tu hijo ...claro con tal de q no te vayas y cuides a mi hija y a tu...bebe
- en ese momento la rabia me invadió de pies a cabeza pero logre contenerme, solo me quede callada-
Clara: piénsalo y me lo dices mañana ok.
-entre a la ducha donde las gotas caían en ritmo con mis lagrimas, no lo podía creer, salí a recostarme sintiendo el dolor en mi corazón de traición y amor, debía irme? que es lo mejor para mi hijo? casi no pude dormir, pero al final pensé que tal vez lo mejor era quedarme...


a la mañana siguiente yo aun seguía recostada en mi cama, de repente escuche la puerta de mi recamara abrirse, era la Sra. Lovato-
clara: ya lo pensaste?
Emma: si y eh decidido quedarme-dije con un nudo en la garganta-
5 AÑOS DESPUES
Jorge: (con la mirada baja, jugando con unos carritos)
Denisse: (llega corriendo feliz) jeje hola jorgito
Jorge: hola deni, q haces aquí? Xq no estás en tu fiesta?
Denisse: xq no puedo disfrutar mi fiesta si mi mejor amigo no está conmigo (tomo la mano de Jorge)
Jorge: (sonrió) gracias deni, x cierto feliz cumpleaños (le dio un pequeño beso en la mejilla)
Denisse: (se sonrojo un poco) gracias, igual feliz cumpleaños te tengo una sorpresa
Jorge: (sonrió) enserio, q e...
Emma: (llegando) denisse, q haces aquí? Deberías estar en la fiesta q te organizaron tus papas, con tus amiguitos
Denisse: (soltó un suspiro) pero es q quiero q Jorge valla conmigo, además mis papas ni están aquí conmigo
Emma: tranquila mi niña (la cargo y la abrazo y luego hizo lo mismo con Jorge) nos tienes a Jorge y a mi q somos como tu familia
Denisse: (los abrazo a los 2) gracias yo los quiero mucho igual, bueno Jorgito vamos a la fiesta
Jorge: puedo mami?
Emma: está bien, pero no vallan a comer mucha chatarra
Denisse: mm.... Bueno, está bien (tomo a Jorge por la mano y salieron corriendo)
Emma: (brotaron lagrimas de sus ojos) no puedo creer q los tenga q separar, pero sino los 2 sufrirán, creo q tengo tiempo, antes q empiecen a sentir algo
Roberto: no creo, q puedas evitar nada
Emma: (giro su cabeza y hablo) aun queda tiempo
Roberto: pues si eso piensas
Emma: no te preocupes, nunca diré nada y Denisse, Jorge y clara se enteraran
5 años después...
Denisse: pero por que se tienen que ir de nuevo y en vacaciones?
Clara: solo son 2 meses denisse
[Denisse comienza a llorar]
Roberto: compórtate Denisse no tardaremos mucho mejor ve a tu cuarto
Emma: si mi amor vamos a tu cuarto [la toma de la mano y se la lleva]
-en el cuarto de Denisse-
Jorge: que tienes Denisse?
Denisse: mis papas se van de nuevo de viaje, crees que me puedas compartir a tu mamá?
Jorge: claro, oye... crees que algún día nos casaremos?
Denisse: [riendo] que? solo tenemos 10 años loco
Jorge: cierto
-Emma pensamiento-
por que me sentiré tan mal? que será este dolor horrible en mi cabeza? , mañana iré al doctor aprovechando la presencia de la otra sirvienta.
Al día siguiente en el doctor...
Emma: que pasa doctor?
Doctor: Emma esto es muy difícil de decir... tienes un tumor en la cabeza  - el miedo me invadio completa ¿que va a pasar con Jorge y con Denisse?, las lagrimas se me salieron al instante-
Emma: que? no puede ser cuanto tiempo me queda?
Doctor: siento decirte que esta muy avanzado
Emma: solo dígame -grite desesperada-
doctor: menos de un mes
-salí corriendo y llorando, al llegar a casa Denisse y Jorge me miraron asustados-
Jorge: que tienes mami?
Emma: niños tengo que hacer un viaje
Denisse: que? me harás lo mismo que mis padres?
Emma: lo siento deni tengo que hacerlo
Jorge: iré contigo?
Emma: no hijo te quedaras con tu tío pablo
Jorge: pero el vive en estados unidos
Emma: lo se hijo pero tengo que ir sola
Denisse: y con quien me quedare?
Emma: vendrá una sirvienta mientras
Denisse: no quiero que se vallan [salió corriendo a su cuarto]
Emma pensamiento: no pude evitar llorar, a pesar de todo yo la quería como una hija, mas tarde llame a la Sra. Lovato, le conté todo incluso que me iba a ir y a ella no pareció importarle mucho solo me dijo que consiguiera otra sirvienta para que cuidara a Denisse. yo conocía a una mujer llamada Carlota que necesitaba el empleo así que le hable y ella acepto inmediatamente.
Al día siguiente...
Jorge: no te preocupes regresaremos -le besa la mejilla - adiós.
Denisse: adiós -lo abraza-te esperare [le dice susurrando]
Emma: vámonos Jorge -dije triste- [salen de la casa]
después de un rato...
Carlota: Megan sube avisarle a la niña que llegamos mientras desempaco
Megan: si tía [se dirigió al pasillo y sorprendida de tantas habitaciones se le ocurrió solo gritar]
hola?
Denisse abrió la puerta de su recamara
Denisse: quien eres?
Megan: soy Megan la sobrina de la nueva sirvienta
Denisse: a hola Megan te gustaría jugar?
Megan: enserio?
Denisse: claro! Jorge y yo siempre jugábamos
Megan : ok
-comienzan a jugar y entra carlota-
Carlota: que haces Megan [enfadada]
Megan: jugando [un poco asustada]
Denisse: si yo la invite
carlota: vete al cuarto ahora
-Megan sale corriendo y carlota sale hacia la cocina-


Denisse pensamiento: pasaron días y la nueva sirvienta no era nada amigable, tampoco dejaba a Megan jugar conmigo y mis papas llegaron ya cuando las vacaciones habían terminado.
Jorge pensamiento: mi mama no regreso y el tío pablo me dijo que ya no lo haría por que ella había fallecido pase días deprimido y extrañando a Denisse.


9 años después...
Denisse pensamiento: estoy tan feliz Leonardo me hace sentir tan bien creo que tal vez el es el chico de mi vida.
Jorge pensamiento: ahora que se toda la verdad tengo que regresar a hacerle justica a mi madre, Roberto Lovato va a pagar todo el sufrimiento de mi madre.
Megan pensamiento: ahora que tengo que ser la sirvienta ya que mi tía me obligo por lo menos no estaré encerrada todo el día…


chicas espero que les haya gustado el capi amo AMO escribir esta novela con karly (thefanjbforever) tuve que subirla en blog por que en caja no me dejo :D karly te amo!!! att.vane [el siguiente sera en video]

domingo, 25 de septiembre de 2011

Lindas Mentirosas Capitulo 20 & 21 [Adaptacion ]


Primer Acto: La chica hace que el chico la quiera
Quieres venir conmigo a una recepción artística en el estudio de
Chester Springs el próximo lunes por la noche? —preguntó teresa la madre de Demi.
Era jueves por la mañana, y Ella estaba sentada enfrente de Demi en la mesa del desayuno, resolviendo un crucigrama del New York Times con un bolígrafo negro goteante y comiendo un tazón de Cheerios. Acababa de regresar de su trabajo a tiempo parcial en la galería de arte contemporáneo Davis en la calle principal de
Rosewood, y tenía lugar en la lista de correspondencia de todos los beneficiarios.
—¿Papá no va a ir contigo? —preguntó Demi.
Su madre frunció sus labios juntos. —Tiene un montón de trabajo que hacer para sus clases.
—Oh. —Demi cogió un hilo de lana suelto de sus guantes sin dedos que había tejido durante un largo viaje en tren a Grecia. ¿Era sospecha lo que detectó en la voz de su madre? Demi siempre se preocupaba de que Ella averiguara sobre Meredith y nunca le perdonara por mantener el secreto. Demi apretó sus ojos cerrados. No estás pensando en eso, pensó. Vertió un poco de zumo de pomelo en un vaso.—Necesito algunos consejos de amor.
—¿Consejos de amor? — bromeó su madre, asegurando su bollito de pan
Negro azabache con un palillo para llevar que había estado descansando sobre la mesa.
—Sí —dijo Demi. —Me gusta un chico, pero es en cierta medida... inalcanzable. No tengo más ideas sobre cómo convencerlo de que debería gustarle.
—¡Sé tú misma! —dijo su madre.
Demi gimió. —He intentado eso.
—¡Sal con un chico posible, entonces!
Demi giró sus ojos. —¿Vas a ayudarme o no?
—¡Ooh, alguien es sensible! —Teresa sonrió, luego chasqueó sus dedos. —Acabo de leer este estudio en el periódico. —Sostuvo en alto el Times. —Es una encuesta sobre lo que los hombres encuentran más atractivo en las mujeres. ¿Sabes qué fue la cosa número uno? La inteligencia. Aquí, déjame encontrarlo para ti... —Rebuscó en el periódico y le entregó la página a Demi.
—¿Demi, te gusta un chico? —Jake entró a la cocina y cogió un dona glaseada de la caja de la isleta.
—¡No! —respondió Demi rápidamente.
—Bueno, alguien te gusta —dijo Jake. —Tan vulgar como lo que es. —Hizo un sonido fingiendo náuseas.
—¿Quién? —preguntó Teresa con voz emocionada.
—Sterling Kahn —Jake respondió, hablando con un enorme mordisco masticado de donut en su boca. —Me preguntó por ti en la práctica de lacrosse.
—¿Sterling Kahn? —repitió Teresa, mirando atrás y adelante, de Demi a Jake- .¿Quién es? ¿Estuvo aquí hace tres años? ¿Lo conozco?
Demi gimió y rodó sus ojos. —Él no es nadie.
—¿Nadie? —Jake sonó disgustado. —Es como… el mejor chico de tu grado.
—Lo que sea —dijo Demi, besando a su madre en la parte superior de su cabeza. Se dirigió al pasillo, mirando fijamente el recorte de periódico en sus manos. ¿Así que a los hombres les gustaba el cerebro? Bueno, la islandesa Demi ciertamente podía ser inteligente.
—¿Por qué no te gusta Sterling Kahn? —La voz de Jake hizo saltar a Demi. Estaba de pie a unos pasos de Demi con un cartón de zumo de naranja en su mano. —Él es el hombre.
Demi gimió. —Si te gusta tanto, ¿por qué no te vas con él?
Jake bebió directamente del cartón, se limpió su boca, y la miró fijamente. —Has estado actuando raro. ¿Estás drogada? ¿Puedo tener algo si lo estás?
Demi bufó. En Islandia, Jake había estado tratando de conseguir constantemente drogas y asustando cuando algunos chicos en el puerto le vendían una bolsa de marihuana a diez centavos. Las cosas resultaron ser olorosas, pero Jake lo fumaba orgullosamente de todos modos.
Jake comenzó a acariciarse la barbilla. —Creo que sé por qué estás actuando raro.
Demi se volvió de nuevo hacia el armario. —Estás lleno de mierda.
—¿Tú crees? —respondió Jake. —Yo no. ¿Y sabes qué? Voy a averiguar si mis sospechas son ciertas.
—Buena suerte, Sherlock. —Demi tiró de su chaqueta. Incluso aunque sabía que
Jake estaba probablemente lleno de mierda, esperaba que no se hubiera dado cuenta del temblor de su voz.
Mientras los otros chicos se presentaban a inglés -la mayoría de los chicos luciendo una barba incipiente en crecimiento de unos días y la mayoría de las chicas imitando las sandalias de plataforma de Bella y Alexz  y pulseras hechizadas- Demi revisó el montón de sus notas recientemente garabateadas en las tarjetas. Hoy tenían que dar un informe oral acerca de una obra de teatro llamada Esperando a Godot. Demi adoraba los informes orales -tenía la voz perfecta, sexy, grave para ellos - y ocurría que conocía la obra realmente bien. Una vez, había pasado todo el domingo en un bar de Reykjavik, discutiendo vehementemente con un doble de Adrien Brody sobre el tema... entre bebiendo deliciosos Martini de vodka y manzana y jugando a footsie*, es decir con él debajo de la mesa. Así que no sólo este era un día excelente para convertirse en una estudiante referente, también era una gran oportunidad para mostrarles a todos lo genial que era la islandesa Demi.
Joe entró, pareciendo arrugado, empollón, y completamente comestible, y palmoteó sus manos. —Muy bien, clase —dijo. —Tenemos un montón de cosas por las que pasar hoy.
Alexz Marin se dio la vuelta y sonrió burlonamente a Demi. —¿Qué clase de ropa interior crees que está usando?
Demi sonrió insípidamente. —Los boxers a rayas de algodón, por supuesto. —Puso su atención de nuevo en Joe.
—Muy bien. —Joe se encaminó hacia la pizarra. —Todo el mundo hizo la lectura,
¿no? ¿Todo el mundo tiene un informe? ¿Quién quiere empezar?
La mano de Demi se elevó rápidamente. Joe le asintió con la cabeza. Se encaminó al podio al frente de la habitación, dispuso su pelo negro sobre sus hombros para que pareciera extra magnífico, y se asegurara de que su collar grande de coral no estuviera pillado con el cuello de su camisa. Rápidamente, releyó las primeras pocas frases en las tarjetas de su índice.
—El año pasado, asistí a una representación de Esperando a Godot en París — empezó.
Se dio cuenta de que Joe levantó su ceja sólo lo imprescindible.
—Fue en un pequeño teatro fuera del Sena, y el aire olía como a un brioche* de queso horneándose en la siguiente puerta. —Se detuvo. —Imagínate la escena: una enorme línea de gente esperando para entrar, una mujer acarreando sus dos pequeños caniches blancos, la Torre Eiffel en la distancia. Levantó la mirada brevemente. ¡Todo el mundo parecía tan paralizado! —Podía sentir la energía, el entusiasmo, la pasión en el aire. Y no era sólo la cerveza que estaban vendiendo a todo el mundo, incluso a mi hermano pequeño —Agregó.
—¡Genial! —exclamó Sterling Kahn.
Demi sonrió. —Los asientos eran muy aterciopelados y púrpura, y olían como a este tipo de mantequilla de Francia que es más dulce que la mantequilla americana. Es la que hace a los pasteles tan deliciosos.
—Demi —dijo Joe.
—¡Es el tipo de mantequilla que hace que incluso los caracoles sepan bien!
—¡Demi!
Demi se detuvo. Joe se inclinaba contra la pizarra con sus brazos cruzados sobre su chaqueta de Rosewood. —¿Sí? —sonrió.
—Tengo que detenerte.
—Pero... ¡Ni siquiera estoy a mitad de camino de lo que he hecho!
—Bueno, necesito menos sobre asientos de terciopelo y pasteles y más sobre la obra en sí.
La clase se rió disimuladamente. Demi caminó arrastrando los pies de vuelta a su asiento y se sentó. ¿No sabía que estaba creando un ambiente?
Sterling Kahn levantó su mano.
—Sterling —señaló Joe. —¿Quieres ser el siguiente?
—No —dijo Sterling. La clase se rió. —Sólo quería decir que pensé que el informe de Demi era bueno. Me gustó.
—Gracias —dijo Demi en voz baja.
Sterling se dio la vuelta. —¿Realmente no hay edad para beber?
—En realidad no.
—Podría ir con mi familia a Italia este invierno.
—Italia es increíble. Te va a encantar.
—¿Pasaste por los dos? —preguntó Joe. Le lanzó a Sterling una exasperada mirada.
Demi hincó sus uñas rosa vivo en la hebra de la madera de su escritorio.
Sterling se volvió de nuevo hacia ella. —¿Tenían ajenjo? —susurró.
Asintió con la cabeza, asombrada de que Sterling hubiera oído hablar siquiera del ajenjo.
—Sr. Kahn —Joe interrumpió severamente. Un poco demasiado duramente. —
Eso es suficiente.
¿Eran celos esto que detectaba?
—Maldición —Alexz se giró. —¿Que subió hasta su culo?
Demi reprimió una risilla. Parecía que le gustaba que cierto estudiante estuviera haciendo que cierto profesor estuviera un poco nervioso.
Joe llamó a Devon Arliss como la siguiente y ésta empezó su discurso. Mientras
Joe se volvía de lado y ponía un dedo en su barbilla, escuchando, Demi palpitó. Lo quería tan malamente que hacía que todo su cuerpo zumbara.
No, espera. Eso sólo era su móvil, que se encontraba en su bolso verde lima de gran tamaño junto a su pie.
La cosa seguía zumbando. Demi lentamente se agachó y lo sacó. Un nuevo mensaje de texto:
Demi,
Tal vez se relaciona promiscuamente con los estudiantes todo el tiempo. Muchos profesores lo hacen... ¡Sólo pregúntale a tu papá! –A
Demi rápidamente contestó bruscamente a su móvil cerrado. Pero entonces lo abrió y leyó el mensaje de nuevo. Y otra vez. Mientras lo hacía, el vello de sus
Nadie en la habitación tenía su teléfono afuera –ni Alexz, ni Sterling, nadie. Y nadie la estaba mirando, tampoco. Incluso levantó la mirada al techo y fuera de la puerta de la clase, pero nadie parecía fuera de lugar. Todo estaba tranquilo y quieto.
—Esto no puede estar pasando —murmuró Demi.
La única persona que sabía lo del papá de Demi era... Ashley. Y había jurado sobre su tumba que no lo diría ni a un alma. ¿Estaba de vuelta?

Eso te enseñara a acosar en Google, jjj cuando se supone que debes estar jj estudiando
Durante su tiempo libre en la tarde del jueves, Selena se acercó en la sala de lectura del Día Rosewood. Con sus pilas de libros de referencia de la altura del techo, un gigante pedestal de globo en la esquina, y ventanas con vidrieras de colores en la pared del fondo, era su lugar favorito en el campus.
Ella se paro en medio de la habitación vacía, cerró los ojos y aspiró el olor del viejo libro encuadernado con cuero.
Todo había salido a su manera hoy; la ola de frío inusual le había permitido usar su nuevo abrigo de lana azul pálido de Marc Jacobs, el barrista del café del día de
Rosewood le había hecho un café con leche descremada doble perfecto, ella había sacado la mayor nota en un examen oral de francés, y esta noche iba a ir al granero, mientras que Emma tenía que dormir en su antiguo y estrecho dormitorio.
A pesar de todo, una bruma incómoda se cernía sobre ella. Era un cruce entre una sensación molesta que a veces tenía cuando se le había olvidado hacer algo y el sentido de que alguien estaba… bueno, observándola. Era obvio por qué se sentía tan off: ese espeluznante e-mail. El flash de pelo rubio en la ventana vieja de Ash. El hecho de que sólo Ash sabía de Zac…
Tratando de sacudirse, se sentó ante la computadora, ajusto su cinturón de color azul marino con patrones estampados de Wolford, y se conecto en Internet. Ella comenzó la investigación para su próximo proyecto de colocación avanzada de biología, pero después de navegar en una lista de resultados de Google, ella escribió, Kevin Kim, en el buscador.
Pescando a través de los resultados, ella ahogó una risita. En un sitio llamado Mill
Hill School, Londres, había una foto de Kevin con el pelo más largo al lado de un mechero de Bunsen y un montón de tubos de ensayo. Otro vínculo era al portal estudiantil del Corpus Christi de la Universidad de Oxford, había una foto de
Kevin apareciendo guapísimo con el atuendo de Shakespeare, con un cráneo. Ella no sabía que Kevin estaba en el drama. Mientras trataba de ampliar la foto para comprobar el ajuste de su malla, alguien la tocó en el hombro.
—¿Ese es tu novio?
Selena saltó, dejando caer su teléfono celular Sidekick repleto de cristales al suelo. Andrew Campbell sonrió torpemente detrás de ella.
Ella rápidamente cerró la ventana. —¡Por supuesto que no!
Andrew se inclinó hacia abajo para recoger su Sidekick, empujando un mechón de pelo lacio, del largo de sus hombros de sus ojos. Selena se dio cuenta de que realmente podría tener una oportunidad de ser lindo si cortaba la melena de león.
—Ups, —dijo, entregando el Sidekick de nuevo a ella. —Creo que una cosa de joya se cayó.
Selena lo tomo de él. —Me asustaste.
—Lo siento. —Andrew sonrió. —¿Así que tu novio es un actor?
—Te dije que no era mi novio.
Andrew dio un paso atrás. —Lo siento. Solo intento hacer conversación.
Selena lo miro sospechosamente.
—De cualquier modo, —Andrew prosiguió, levantando su mochila North Face más alto en su hombro. —Me estaba preguntando. ¿Vas a lo de Sterling mañana?
Podría darte un aventón.
Selena le miró sin comprender y luego recordó: la fiesta de campo de Sterling Kahn. Había ido a la del año pasado. Los niños hicieron embudos cerveza, y prácticamente todas las chicas engañaron a sus novios. Este año sería más de lo mismo. ¿Y qué, Andrew pensaba seriamente que ella iría con él en su Mini?
¿Incluso entrarían los dos? —Lo dudo, —ella dijo.
La cara de Andrew cayó. —Sí, supongo que debes estar muy ocupada.
Selena frunció el ceño. —¿Qué se supone que eso significa?
Andrew se encogió de hombros. —Parece que tienes mucho que hacer. Tu hermana está en casa, ¿verdad?
Selena se recostó en su silla y trajo su labio inferior en su boca. —Sí, ella llego a casa anoche. ¿Cómo lo sabes…? Ella se detuvo. Espera un segundo. Andrew conducía su Mini hacia arriba y hacia abajo hasta su calle todo el tiempo. Ella lo había visto apenas ayer, cuando estaba en el buzón consiguiendo los resultados de la prueba…
Ella tragó saliva. Ahora que lo pensaba, podría haber visto a su Mini negro el día que ella y Kevin estaban juntos en la bañera. Él debe haber estado conduciendo mucho hacia arriba y abajo en su calle un montón para notar que Emma estaba en casa. ¿Qué pasa si…? ¿Y si Andrew era el que estaba merodeando alrededor espiándola? ¿Qué pasa si Andrew escribió el correo electrónico de codiciarás escalofriante? Andrew era tan competitivo que parecía posible. ¿No sería el envió de mensajes amenazadores una buena manera de sacar a alguien de su juego y hacer más fácil a la reelección como presidente de la clase del próximo año…? o, aún mejor, ¿superar a su competencia por el mejor promedio? ¡Y el pelo largo! ¿Tal vez ella lo había visto en la ventana de edad de Ash?
¡Increíble! Selena se le quedo mirando a Andrew incrédulamente.
—¿Algo está mal? —Andrew le pregunto, pareciendo preocupado.
—Me tengo que ir. —Ella recogió sus libros y salió de la sala de lectura.
—Espera, —Andrew la llamó.
Selena siguió su camino. Pero mientras empujaba a través de la puertas de la biblioteca, se dio cuenta que ella no se sentía furiosa. Claro, era extraño que
Andrew la estuviera espiando, pero si Andrew era A, Selena estaba a salvo.
Cualquier cosa a que sea que Andrew pensó que tenía sobre ella, no era nada… en comparación con lo que Ashley sabía.
Ella llegó a la puerta de los espacios públicos, viniendo en el mismo momento estaba Miley Fields.
—Hey, —Miley dijo. Una Mirada nerviosa cruzo su rostro
—Hey —Selena le respondió.
Miley reajusto su mochila Nike. Selena empujó un flequillo de su cara. ¿Cuándo fue la última vez que había hablado con Miley?
—Me enfrié, ¿huh? —Miley preguntó.
Selena asintió. —Si.
Miley sonrió en esa manera yo no sé qué decirte. Entonces Teresa Reid, otra nadadora, agarró el brazo de Emily. —¿Cuando hay que pagar el traje de baño? — Preguntó ella.
Mientras Miley respondía, Selena limpió un poco de suciedad inexistente fuera de su chaqueta y se preguntó si ella podría simplemente irse o si tenía que decir un adiós formal. Entonces algo en la muñeca de Miley le llamó la atención. Miley aún llevaba la pulsera de cadena azul de sexto grado. Ashley las había hecho para todas después del accidente - La Cosa Vanessa - paso.
Inicialmente, ellos solo querían al hermano de Vanessa, Nick; se suponía que era una broma. Después de que las cinco lo planearon, Ash cruzo la calle para mirar por la ventana de la casa del árbol de Nick, y luego cuando pasó, le hizo algo… horrible… a Vanessa.
Después de que la ambulancia se fue de la casa de Vanessa, Selena descubrió algo del accidente que ninguna de las otras chicas sabia: Nick vio a Ashley, pero Ashley vio a Nick haciendo algo igual de malo. El no podía acusarla, porque ella lo acusaría a él.
No mucho tiempo después, Ash hizo los brazaletes de todas para recordares que eran mejores amigas para siempre y ahora que compartían un secreto como este, ellos tenían que protegerse las unas a las otras para siempre. Selena espero que
Ash le dijera a las otras que alguien la vio, pero nunca lo hizo.
Cuando los policías interrogaron a Selena después de que Ash desapareció, le preguntaron si Ash tenía algunos enemigos, alguien que la odiara tanto que le quisiera hacer daño. Selena dijo que Ash era una chica popular, y como toda chica popular, había varias chicas a quienes no les gustaba, pero eran solo celos.
Eso, por supuesto, era mentira en negrita. Había gente que odiaba a Ash, y Spencer sabía que debía decirle a la policía lo que Ash le dijo sobre la cosa Vanessa… que tal vez Nick quería hacerle daño a Ash... pero ¿cómo iba a decirles que sin decirles por qué? Selena no podía pasar un día sin pasar por la casa de Nick y Vanessa en su calle. Pero habían sido enviados a un internado y casi nunca venían a casa, así que pensaron que su secreto estaba a salvo. Ellas estaban a salvo de Nick. Y Selena estaba a salvo de tener que decirle a sus mejores amigas lo que sólo ella conocía.
Cuando Tracey Reid dijo adiós, Miley se volteó. Ella parecía sorprendida de que
Selena todavía estuviera allí. —Tengo que irme a clases, —ella dijo. —Es bueno verte sin embargo.
—Adiós, —Selena respondió, y ella y Miley intercambiaron una última sonrisa incomoda.

viernes, 9 de septiembre de 2011

Horariop!


waaaaaa mis amores! xD perdonen enserio por no subir, el horario anterior no funciona jaja no se adapta amip xD asi que queda asip :
Miercoles: Te recuerdo,,, Ghost & Guerra De Amor.
Viernes: Enseñame a Amar & Academy Of Love.
Sabado & Domingo (osea entre esos dos dias) : Lindas Mentirosas,,, La La Land & Intros & Trailers que me pidan haha
Las amo... no estoy inspirada huf asi que me tomare unas pequeñas vacaciones pero regreso el miercoles que viene o el otro o el otro jaja no se crean [aunque aun no estoy segura de cuando regresar] xD hermosas a la mejor si suboo lindas mentirosas este fin pero no les aseguro nadap xD las amo perdon de nuevo :(

Gracias a las nuevas lectoras! y a las que perdi "buuuuu!!" jaja no se crean creo que no he perdido ninguna xD
att: Vanne! <3

domingo, 4 de septiembre de 2011

Lindas Mentirosas Capitulo 18 & 19 [Adaptacion ]



Al menos los camotes tienen mucha Vitamina A
De ella. Definitivamente de ella —Alexz susurró, apuntando.
—Nah. ¡Son muy pequeñas! —Bella susurró de vuelta.
—¡Pero mira la forma en que se engloban en lo alto! Totalmente falso —Alexz contradijo.
—Grosero. —Alexz arriscó la nariz y pasó sus manos por su propio y perfectamente redondeado trasero para asegurarse de que aún estaba perfectamente perfecto. Era media tarde de un miércoles, y ella y Bella estaban descansando en la terraza exterior de Yam, el café orgánico en el Club de Campo de los padres de Bella. Bajo ellas, un grupo de chicos de Rose Wood jugaban un partido rápido de golf antes de la cena, pero Alexz y Bella estaban jugando otro tipo de juego: adivinar las tetas falsas. O descubrir cualquier otra cosa falsa, y había muchas cosas falsas por aquí.
—Si, se ve como que su cirujano lo arruinó —Bella murmuró. —Creo que mi mamá juega tenis con ella. Le preguntaré.
Alexz miró de nuevo hacia la mujer con aspecto de duende de treinta y tantos junto al bar cuyo trasero se veía de verdad sospechosamente extra-suculento para el resto de su delgada figura al estilo de un mondadientes. —Moriría antes de
hacerme la cirugía.
Bella jugaba con el talismán de su brazalete Tiffany —el que ella, evidentemente, no tenía que devolver. —¿Crees que Demi Montgomery se ha hecho las suyas?
Alexz miró hacia arriba, asombrada. —¿Por qué?
—Ella es realmente delgada, y esas son como, demasiado perfectas —dijo Bella. — Fue a Finlandia o algo así, ¿cierto? Escuché que en Europa pueden hacer tus tetas por poco dinero.
—No creo que sean falsas —murmuró Alexz.
—¿Cómo lo sabes?
Alexz mordisqueó su pajilla. Las tetas de Demi siempre habían estado ahí —ella y
Ashley habían sido las únicas dos de sus amigas que necesitaron un sostén en séptimo grado. Ash siempre hizo alarde de las de ella, pero la única vez que Demi había notado que ella tenía tetas fue cuando ella tejió los sostenes de todos como regalos de Navidad y tuvo que hacer el de ella de un tamaño mayor. —Ella sólo, no parece de ese tipo —Alexz respondió. Hablar con Bella de sus antiguas amigas era territorio incómodo. Alexz aún se sentía mal sobre como ella y Ash y las otras solían molestar a Bella en séptimo grado, pero siempre parecía demasiado extraño sacarlo a colación ahora.
Bella la miró fijamente. —¿Estás bien? Te vez diferente hoy.
Alexz dio un respingo. —¿Lo hago? ¿Cómo?
Bella le dio una pequeña sonrisa de suficiencia. —¡Whoa! ¡Alguien está nerviosa!
—No estoy nerviosa —Alexz dijo rápidamente. Peor lo estaba: a cada momento, desde lo de la estación de policía y ese correo electrónico que ella había recibido la noche pasada, ella había estado como loca. Esta mañana, sus ojos incluso parecíanmás de un plano café que verde, y sus brazos se veían  perturbadoramente hinchados. Ella tenía esta horrible sensación de que ella iba a metamorfosearse espontáneamente de vuelta a su persona de séptimo grado.
Un mesera rubia y con aspecto de jirafa las interrumpió. —¿Han decidido?
Bella miró el menú. —Quiero la ensalada de pollo asiático, sin ninguna preparación.
Alexz aclaró su garganta. —Quiero una ensalada jardinera con coles, sin preparación, y una orden extra grande de papas fritas dulces. En una bolsa para llevar, por favor.
Mientras la mesera tomaba sus menus, Bella empujó sus lentes de sol bajándolos por su nariz. —¿Papas fritas de camote?
—Para mi mamá —Alexz respondió rápidamente. —Vive en base a ellas.
Abajo en el campo de golf, un grupo de chicos más viejos pusieron las bolas en el soporte, junto con un chico bastante bien parecido en pantalones cortos de descanso. Se veía un poco fuera de lugar con su cabello castaño desordenado, cargos, y... era eso un... ¿polo de la Policía de Rosewood? Oh no. Lo era.
Wilden escaneó la terraza y fríamente asintió cuando él vio a Alexz. Ella se escondió.
—¿Quién es ese? —Bella ronroneó.
—Um... —Alexz murmuró, casi por debajo de la mesa. ¿Darren Wilden era un golfista? Por favor. Años atrás en la preparatoria, él era el tipo que lanzaba fósforos encendidos a los chicos del club de gol de Rosewood. ¿Estaba acaso todo el mundo afuera para tomarla?
Bella entrecerró los ojos. —Espera. ¿Acaso él no va a nuestra escuela? —ella sonrió exhibiendo los dientes. —Oh dios mio. Es el chico del club de buceo de las chicas.
Alexz, ¡tú, pequeña perra! ¿Cómo es que te conoce?
—Él es... — Alexz hizo una pausa. Paso su mano por la cinturilla de sus jeans. —
Lo conocí en el sendero Marwyn un par de días atrás cuando estaba corriendo. Nos detuvimos en la fuente de agua al mismo tiempo.
—Genial —dijo Bella. —¿Trabaja por aquí?
Alexz hizo una pausa de nuevo. Ella de verdad quería evitar esto. —Um... creo que dijo que él era un policía —ella dijo despreocupadamente.
—Estás jugando. —Bella sacó su humectante de labios Shu Uemura de su bolsa
Hobo azul de cuero y suavemente humedeció su labio inferior. —Ese chico es lo suficientemente guapo como para estar en el calendario de los policías. Incluso puedo verlo: Sr. Abril. ¡Preguntémosle si podemos ver su porra*!
—Shhh —Alexz siseó.
Sus ensaladas llegaron. Alexz empujó su recipiente de poliestireno con las papas fritas de camote un lado y tomó una mordida de su tomate cherry* sin preparación.
Bella se inclinó quedando más cerca. —Apuesto a que podrías engancharte con él.
—¿Quién?
—¡El Sr. Abril! ¿Quién más?
Alexz resopló. —Claro.
—Totalmente. Deberías llevarlo a la fiesta de Kahn. Escuché que algunos policías fueron a la fiesta el año pasado. Así es como nunca los atrapan.
Alexz se reclinó hacia atrás. La fiesta Kahn era una tradición legendaria en
Rosewood. Los Kahns vivían en veinte y algo acres de tierra, y los chicos Kahn —
Sterling era el más joven— daban una fiesta de-vuelta-a-la-escuela todos los años. Los chicos allanaban las reservas amplias de licor de sus padres en el subterráneo y siempre había escándalo. El último año, Sterling le disparó a su mejor amigo James en su trasero desnudo con su arma BB* porque James había tratado de darse el lote con la novia de ese tiempo de Sterling, Alyssa Pennypacker. Ambos estaban ebrios y rieron todo el camino a la sala de emergencias y no podían recordar cómo o por qué había pasado. El año anterior a eso, un montón de stoners* había fumado demasiado y trataron de hacer que los Appaloosas* del Sr. Kahn fumaran de una pipa de agua*.
—Nah. —Alexz se comió otro tomate. —Creo que voy a ir con Jorge.
Bella hizo una mueca. —¿Por qué perder un perfectamente buena noche de fiesta con Jorge? ¡Él tomó un compromiso de virginidad! Probablemente ni siquiera irá.
—Sólo porque firmas un compromiso de virginidad no significa que dejes de divertirte también. —Alexz tomó un gran bocado de su ensalada, apretando los secos y poco apetitosos vegetales en su boca.
—Bueno, si no vas a invitar al Sr. Abril para la fiesta de Sterling, yo lo haré. —Bella se puso en pie.
Alexz agarró su brazo. —¡No!
—¿Por qué no? Vamos. Sería divertido.
Alexz hundió sus uñas en el brazo de Bella. —Dije no.
Bella se sentó de vuelta e hizo un puchero. —¿Por qué no?
El corazón de Alexz galopaba. —Bien. No puedes decirle a nadie, sin embargo. —
Ella tomó un aliento profundo. —Lo conocí en la estación de policía, no en el camino. Fui llamada a una audiencia por el suceso de Tiffany. Pero no es tan complicado. No me atraparon.
—¡Oh, mi dios! —Bella gritó. Wilden miró hacia ellas de nuevo.
—¡Shhh! —Alexz siseó.
—¿Estás bien? ¿Qué paso? Dímelo todo. —Bella susurró de vuelta.
—No hay mucho que decir. —Alexz tiró su servilleta sobre su plato. —Ellos me llevaron a la estación, mi mamá fue por mí, y nos sentamos por un rato. Me dejaron salir con una advertencia. Como sea. Todo tomó como veinte minutos.
—Por dios. —Bella le dio a Alexz una mirada indeterminada; Alexz se preguntó por un segundo si era una mirada de lástima.
—No fue, como, dramático o nada, —Alexz dijo defensivamente, su garganta seca. —No paso mucho. La mayoría de los policías estaban al teléfono. Mande mensajes de texto todo el tiempo. —Ella hizo una pausa, considerando si debería decirle a Bella sobre los ‘no sé’ mensajes de texto que ella había recibido de A, quienquiera que fuera A. Pero ¿por qué malgastar su aliento? No podía haber significado nada realmente, ¿cierto?
Bella tomó un sorbo de su Perrier*. —Pensé que nunca te habían atrapado.
Alexz tragó fuerte. —Si, bueno...
—¿Te mató tu mamá?
Alexz miró a lo lejos. En el camino a casa, su mamá le había preguntado a Alexz si ella había querido robar el brazalete y los aretes. Cuando Alexz había dicho que no, la Sra. Marin respondió: —Bien. Está arreglado entonces. —Luego ella había abierto su celular para hacer una llamada.
Alexz se encogió de hombros y se puso de pie. —Acabo de recordar... tengo que pasear a Dot.
—¿Estás segura que estás bien? —Bella preguntó. —Tu rostro se ve un poco manchado.
—No es nada. —Ella chasqueó sus labios glamorosamente hacia Bella y se giró hacia la puerta.
Alexz paseó tranquilamente para salir del restaurante, pero una vez que llegó al estacionamiento, rompió a correr. Trepó dentro de su Toyota Prius —un auto que su mamá le había comprado para ella el año pasado pero que recientemente le había pasado a Hanna porque se había aburrido de él— y chequeó su rostro en el espejo retrovisor. Había unos espantosos parches rojos en sus mejillas y frente.
Después de su transformación, Alexz había sido neuróticamente cuidadosa con no solo lucir perfecta y genial todo el tiempo, sino en ser perfecta y genial, también.
Aterrorizada de que el más pequeño error la hubiera enviado girando de vuelta a su mundo de perdedora, ella se preocupaba de cada pequeño detalle, desde pequeñas cosas como el perfecto nombre de pantalla para IM* y la correcta mezcla de su iPOD para el coche, a cosas más grandes como el correcto grupo de personas para invitar a una fiesta de alguien o elegir el perfecto, el chico para una cita — quien, afortunadamente, era el mismo chico que ella había amado desde séptimo grado. ¿Había el hecho de ser atrapada por robar en una tienda empañado a la perfecta, controlada y extremadamente genial Alexz que todos habían llegado a conocer? Ella no había sido capaz de leer esa mirada en el rostro de Bella cuando ella había dicho ‘por dios’. ¿Había la mirada significado, por dios, pero no es gran cosa? O ¿por dios, que perdedora?
Ella se preguntó si quizás ella no debería haberle dicho a Mona del todo. Pero entonces... alguien más ya sabía. A.
¿Sepa que va a decir Jorge? ¡No sé!
El campo de visión de Alexz se puso borroso. Ella apretó el manubrio por unos pocos segundos, luego metió la llave en el encendido y salió del estacionamiento del club de campo hacia una zona de grava, un desvió a un callejón sin salida unos pocos metros mas allá en el camino. Ella podía escuchar su corazón palpitando en sus sienes mientras apagaba el motor y tomaba respiros profundos. El viento olía como paja y pasto recién cortado.
Alexz cerró sus ojos fuertemente. Cuando los abrió, ella miró fijamente el contenedor de las papas fritas de camote. No, ella pensó. Un auto paso veloz por la calle principal.
Alexz limpió sus manos en sus jeans. Ella le dio otra mirada al contenedor. Las frituras olían delicioso. No, no, no.
Ella se estiró hacia ellas y abrió la tapa. Su olor dulce y tibio emergió hacia su rostro. Antes de poder detenerse, Alexz metió un puñado a su boca de frituras.
Las frituras aún estaban tan calientes que quemaron su lengua, pero no le importó.
Era un alivio tan grande; esta era la única cosa que la hacía sentir mejor. No se detuvo hasta que las había comido todas e incluso había lamido los lados del contenedor buscando la sal que se había acumulado en el fondo.
Al principio ella se sintió mucho, mucho más calmada. Pero para el minuto en que se puso en camino, los viejos y familiares sentimientos de pánico y vergüenza habían crecido dentro de ella. Alexz estaba impresionada ahora, aun cuando habían pasado años desde que ella había hecho esto, todo se sentía exactamente  igual. Su estómago dolía, sus pantalones se sentían apretados, y todo lo que ella quería era deshacerse de todo lo que estaba dentro de ella.
Ignorando los gritos excitados de Dot desde su habitación, Alexz corrió escaleras arriba hacia el baño, cerró la puerta de golpe, y colapsó sobre el suelo de cerámica.
Gracias a dios su mama no había vuelto del trabajo aún. Al menos ella no tendría que escuchar lo que Hanna estaba por hacer.

Mmm, un amor que huele a una nueva puntuación en la prueba
Está bien. Selena tenía que tranquilizarse.
El miércoles por la noche, sacó el Mercedes C-Class negro —el coche de su hermana estaba desecho, era el nuevo “práctico” Mercedes SUV— en el camino circular de su casa. La reunión del consejo de estudiantes había terminado extra tarde y había estado al borde de la conducción hacia las calles oscuras de Rosewood. Todos los días, había sentido como si alguien la estuviese observando, como si quien había escrito “codiciar” por e-mail podría ir en busca de ella en cualquier momento.
Selena pensaba con inquietud acerca de la cola de caballo familiar en la ventana del dormitorio de Ashley. Su mente iba hacia un lado y de regreso a Ash todas las cosas que sabía sobre Selena. Pero no, eso era una locura. Ashley había estado desaparecida —y muy probablemente muerta— durante tres años. Además, una nueva familia vivía en su casa ahora, ¿no?
Selena corrió hacia el buzón y sacó un montón de sobres, tirando todo lo que no era suyo de vuelta. De repente, lo vio. Era un sobre largo, no demasiado grueso ni demasiado fino, con el nombre de Selena escrito de forma ordenada sobre el papel. La dirección de retorno decía, El College Board. Estaba aquí.
Selena rasgó el sobre y escaneó la página. Leyó los resultados de PSAT siete veces más antes de darse cuenta.
Había conseguido un 2350 de 2400.
—¡Síííííí! —gritó, agarrando los papeles con tanta fuerza que los arrugó.
—¡Whoa! ¡Alguien está feliz! —gritó una voz desde la carretera.
Selena levantó la vista. Saliendo del lado del conductor de un Mini Cooper estaba
Andrew Campbell, el alto, pecoso, y de cabello largo, el muchacho que le ganó a
Selena para presidente de la clase. Fueron número uno y número dos de la clase en prácticamente todos los temas. Pero antes de que Selena pudiera jactarse de su puntuación —decirle a Andrew acerca de los PSAT's se sentiría tan bien— ya se había alejado. Raro. Selena volvió hacia su casa.
A medida que entraba con entusiasmo al interior, algo la detuvo: recordó la puntuación perfecta de su hermana, comparándola y rápidamente lo convirtió desde el 1600, la escala que se usaba, al 2400 escala que utiliza el College Board en la actualidad. Fueron unos completos 100 puntos por debajo de Selena. ¿Y no se suponía que iba a ser más difícil en estos días, también?
Bueno, ¿ahora quién es el genio?
Una hora más tarde, Selena se sentó en la mesa de la cocina de lectura con
Middlemarch —un libro recomendado en la lista por la AP Inglés— cuando empezó a estornudar.
—Emma y Kevin están aquí —dijo la señora Hastings. Selena vio como entraba rápidamente en la cocina, llevando el correo que Selena había dejado en el buzón—. ¡Ellos fueron a dejar todo el equipaje para instalarse! —Ella abrió el horno, para comprobar el pollo asado y siete rollos de granos, y luego apresuradamente entraba en la sala de estar.
Selena volvió a estornudar. Una nube de Channel Nº 5 siempre iba con su madre
—a pesar de que había pasado todo el día trabajando con caballos— y Selena estaba segura de que era alérgica. Consideró anunciar las noticias de la PSAT, pero una voz centellante desde el vestíbulo la detuvo.
—¿Mamá? —Emma llamó. Ella y Kevin paseaban en la cocina. Selena pretendía estudiar la aburrida cubierta posterior de Middlemarch.
—Hey —Kevin dijo sobre ella.
—Hey —ella respondió con frialdad.
—¿Qué estás leyendo?
Selena vaciló. Era mejor mantenerse alejada de Kevin, sobre todo ahora que él se mudaba a su casa.
Emma la rozó sin saludar y se puso a desempaquetar almohadas moradas de una bolsa de Pottery Barn.
—Estos son para el sofá del granero —prácticamente le gritó.
Selena se encogió. Dos podrían jugar este juego.
—¡Oh, Melissa! —Selena exclamó—. ¡Me olvidaba de decirte! ¡Adivina con quién me encontré!
Emma continuó desempaquetando las almohadas.
—¿Con quién?
—¡Zac Efron! ¡Es el entrenador de mi equipo de hockey ahora!
Emma se congeló.
—Él… ¿qué? ¿Él está? ¿Él está aquí? ¿Te preguntó sobre mí?
Selena se encogió de hombros e hizo como que pensaba.
—No, no creo.
—¿Quién es Zac Efron? —Kevin preguntó, apoyándose en el mostrador isla de mármol.
—Nadie —espetó Emma, volviendo a las almohadas. Selena le dio una bofetada al libro y rebotó hacia el comedor. Vaya. Eso se sintió mejor.
Se sentó en la larga mesa estilo casa de campo, pasando los dedos por los vasos de vino sin tallo, Candace, el ama de llaves, lo había llenado con vino tinto. A sus padres no les importaba si sus hijos bebían cuando estaban en casa, ya que nadie tenía que conducir, así que agarró el vidrio con ambas manos y bebió un trago grande. Cuando miró hacia arriba, Kevin le estaba sonriendo desde el otro lado de la mesa, su columna vertebral muy erguida en su silla del comedor.
—Hey —él dijo. Ella levantó las cejas como respuesta.
Emma y la Sra. Hastings se sentaron y el padre de Selena ajustó las luces del candelabro y se sentó también. Por un momento todos estaban en silencio. Selena sintiendo los papeles con la puntuación del PSAT en su bolsillo.
—Así que supongo que lo que me pasó —ella comenzó.
—¡Kevin y yo estamos tan felices de que nos estén dejando quedarnos aquí! —
Emma dijo al mismo tiempo, agarrando la mano de Kevin.
La Sra. Hastings sonrió a Emma.
—Siempre estoy feliz cuando toda la familia está aquí.
Selena se mordió el labio, con el estómago nervioso.
—Bueno, Papá. Tengo mi…
—Uh-oh —Emma interrumpió, con la vista fija en las placas que Candace acababa de traer de la cocina—. ¿Tenemos otra cosa más que el pollo? Kevin está tratando de no comer carne.
—Está bien —dijo Kevin a toda prisa—. El pollo es perfecto.
—Oh. —La Sra. Hastings se puso de pie a la mitad del camino—. ¿Tú no comes carne? No lo sabía. Creo que podemos tener un poco de pasta en la nevera, aunque podría tener jamón en ella…
—De verdad, está bien. —Kevin se frotó la cabeza incómodamente, haciendo que su pelo desordenado se formara en picos.
—Oh, me siento terrible —dijo la Sra. Hastings. Selena puso los ojos en blanco.
Cuando toda la familia  estaba junta, su mamá quería que todas las comidas — incluso los desayunos descuidados de cereales— fueran perfectas.
El Sr. Hasting miró sospechosamente a Kevin.
—Soy un hombre de carne.
—Absolutamente. —Kevin levantó su copa con tanta fuerza que derramó un poco de vino sobre el mantel.
Selena estaba considerando una buena introducción para su gran anuncio cuando su padre dejó el tenedor.
—Tengo una idea brillante. Ya que estamos todos aquí, ¿por qué no jugamos Star
Power?
—Oh, papá —Emma gimió—. No.
Su padre sonrió.
—Oh, sí. Tuve un día terrible en el trabajo. Voy a patearte el trasero.
—¿Qué es Star Power? —Kevin preguntó, con las cejas arqueadas.
Un brillo nervioso creció en el estómago de Selena. Star Power era un juego que sus padres habían inventado cuando Spencer y Melissa eran niñas pequeñas por lo que había pensado siempre que había sido extraído de alguna empresa retiro. Era simple: todos compartían su mayor logro del día y la familia seleccionaba una estrella. Se suponía que hacía a la gente sentirse orgullosa y realizada pero en la familia Hastings la gente acababa compitiendo despiadadamente.
Pero si había una manera perfecta para anunciar su resultado del PSAT, Star
Power lo era.
—Tienes que captarlo, Kevin. —El Sr Hastings dijo—. Voy a empezar. Hoy, preparé una defensa tan convincente para mi cliente que de hecho ofreció pagarme más dinero.
—Impresionante —dijo su madre, tomando un bocado de remolacha dorada—.
Ahora yo. Esta mañana, le gané a Eloise en tenis en sets corridos.
—¡Eloise es dura! —Su padre exclamó antes de tomar otro sorbo de vino. Selena miró a Kevin sobre la mesa. Él estaba peleando cuidadosamente la piel de su muslo de pollo, que no podía captar su mirada.
Su madre se limpió la boca con la servilleta.
—¿Emma?
Emma entrelazó los dedos regordetes juntos.
—Bueno, hmm. Ayudé a los constructores con los azulejos en el baño entero, la única forma de que algo sea perfecto es si lo hace uno mismo.
—¡Me alegro por ti, querida! —dijo su padre.
Selena sacudía sus piernas nerviosamente.
El Sr. Hastings terminó de beber su vino.
—¿Kevin?
Kevin lo miró, sorprendido.
—¿Sí?
—Es tu turno.
Kevin jugueteó con su copa de vino.
—No sé lo que debería decir…
—Estamos jugando Star Power. —La Sra. Hastings sonó como si Star Power fuera tan común como Scrabble—. ¿Lo más maravilloso que hizo, Sr. doctor, hoy?
—Oh. —Kevin parpadeó—. Bueno. Um, nada, en realidad. Era mi día libre en la escuela y en el hospital, así que bajé al bar con unos amigos del hospital y vi jugar a Filis. En silencio Emma le disparó a Kevin una mirada decepcionada.
—Creo que es impresionante —Selena ofreció—. La forma en que han estado jugando, es una hazaña ver a los Filis todo el día.
—Lo sé, son los reyes de la mierda, ¿no? —Kevin le sonrió a Selena con gratitud.
—Bueno, de todos modos. —Su madre interrumpió—. Emma, ¿cuándo empiezas las clases?
—Esperen un momento —Selena silbó. ¡Ellos no podían olvidarla!—. Tengo algo para Star Power.
El tenedor para ensalada de su madre flotaba en el aire.
—Lo siento.
—¡Oops! —Su padre estuvo de acuerdo con la gracia—. Adelante, Selena.
—Tengo los resultados del PSAT —dijo—. Y bueno… aquí están. —Ella sacó los papeles con el puntaje y los empujó a su padre.
Tan pronto como él los tomó, sabía lo que pasaría. No les importaría. ¿Qué importaba el PSAT, de todos modos? Sus mejillas se sentían calientes. ¿Por qué ella se había molestado?
Luego su papá dejó la copa de vino y estudió el papel.
—Wow. —Hizo un gesto hacia la Sra. Hastings. Cuando ella vio el documento, se quedó sin aliento.
—No se puede conseguir mucho más alto que esto, ¿verdad? —dijo la Sra.
Hastings.
Emma estiró el cuello para mirar también. Selena no podía respirar. Emma la fulminó con la mirada mientras se ponía de un tono lila. Era una mirada que hizo pensar a Selena que tal vez Emma había escrito ese espeluznante e-mail de ayer.
Pero cuando Selena le devolvió la mirada, Emma rompió en una gran sonrisa.
—¿De verdad estudiaste, cierto?
—Es un buen resultado, ¿no? —Kevin preguntó, mirando la página.
—¡Es un resultado fantástico! —El Sr. Hastings bramó.
—¡Esto es maravilloso! —exclamó la Sra. Hastings—. ¿Cómo te gustaría celebrar,
Selena? ¿Cena en la ciudad? ¿Tienes algo en mente?
—Cuando obtuve los resultados de mi SAT, conseguí mi primera edición de
Fitzgerald en esa subasta, ¿recuerdas? —Emma sonrió.
—¡Eso es correcto! —La Sra. Hastings gorjeó.
Emma se volvió hacia Kevin.
—Me había encantado, y así había quedado una increíble oferta.
—Bueno, ¿por qué no darle un poco de tiempo para pensar? —La Sra. Hastings le dijo a Selena—. Trata de pensar en algo memorable, como lo que le dimos a
Emma.
Selena se incorporó lentamente.
—En realidad, hay algo que yo tenía en mente.
—¿Qué es? —Su padre se inclinó hacia delante en su silla.
Aquí va, Selena pensó.
—Bueno, lo que yo realmente, realmente, realmente amaría, ahora mismo, no en unos pocos meses a partir de ahora, sería mudarme al granero.
—Pero… —dijo Emma, antes de detenerse a sí misma.
Kevin se aclaró la garganta. Su padre frunció el ceño. El estómago de Selena hizo un gruñido de hambre. Ella lo frenó con su mano.
—¿Es eso lo que realmente quieres? —preguntó su madre.
—Uh-huh —respondió Selena.
—Muy bien —dijo la Sra. Hastings, mirando a su marido—. Bueno…
Emma estableció en alto el tenedor.
—Pero, bueno, ¿qué pasa con Kevin y yo?
—Bueno, tú misma has dicho que las renovaciones no serían demasiado largas. — La Sra. Hastings se llevó la mano a la barbilla—. Ustedes podrían permanecer en su antiguo dormitorio, supongo.
—Pero tiene una cama doble —dijo Emma en una inusualmente voz infantil.
—No me importa —dijo Kevin rápidamente. Emma frunció el ceño fuertemente hacia él.
—Podríamos mover la cama del establo al cuarto Melissa y poner la cama de
Selena por ahí. —El Sr. Hastings sugirió.
Selena no daba crédito a sus oídos.
—¿Tú lo harías?
La Sra. Hastings enarcó las cejas.
—Emma, puede sobrevivir, ¿no?
Emma se apartó el pelo de la cara.
—Supongo —ella dijo—. Quiero decir, yo personalmente preferiría mucho más que fuera de la subasta y la primera edición, pero eso es sólo conmigo.
Kevin discretamente tomó un sorbo de su vino. Cuando Selena le llamó la atención, él le guiñó el ojo. El Sr. Hastings volvió a Selena.
—Hecho, entonces.
Selena se levantó y abrazó a sus padres.
—¡Gracias, gracias, gracias!
Su madre estaba radiante.
—Tú deberías mudarte mañana.
—Selena, eres sin duda la estrella. —Su padre levantó las puntuaciones, ahora ligeramente manchadas de vino tinto—. ¡Debemos enmarcar esto como un recuerdo!
Selena sonrió. No necesitaba nada para enmarcar. Se habría de recordar este día por el tiempo en que ella viviera.